Empresario de rubros varios, Fabián Cagliardi está a un paso de cumplir con su promesa de devolverle al distrito cuna del peronismo un gobierno de ese signo político. Este amante del fútbol y piloto amateur de TC Pista que ocupa una banca en el Concejo Deliberante tiene un pie y medio en la intendencia de Berisso. Amigo de Aníbal Fernández y del ex jefe comunal Enrique Slezack, ya afianzó lazos con Alberto Fernández y Axel Kicillof, ganadores en las PASO en sus candidaturas a presidente y a gobernador, respectivamente.
Tras decidir –en 2017– competir por la “vuelta del peronismo” en el distrito de la Tercera sección electoral, dos años después logró ganar de manera ajustada la interna que tuvo mano a mano con Juan Ignacio Mincarelli, quien compitió por la jefatura comunal en 2015, cuando se impuso el radical en Cambiemos Jorge Nedela desterrando al peronismo de su histórico bastión.
Evita decirlo en público, pero tanto él como su entorno saben que el 10 de diciembre asumirán el gobierno. La distancia que le sacaron al oficialismo parece irremontable. El Frente de Todos cosechó 39.020 votos (64,77%), sumando los 19.942 del ganador de la interna más los 19.078 de su oponente; contra los 14.827 de Cambiemos, sumados por su único postulante, el intendente.
Cagliardi es una figura atípica en el peronismo de Berisso, donde siempre prosperaron caudillos. Es, además, el opuesto a Nedela, un radical de clase media de profesión docente, de gran oratoria aunque con escaso roce con el poder político real.
El candidato por el Frente de Todos es un empresario que opera en la Bolsa, con larga trayectoria como proveedor del Estado a través de las firmas Abistar S.A. y Avistar S.A., dedicadas a una multiplicidad de servicios: saneamiento ambiental, explotación de montes, construcción de obras de ingeniería, edificios, urbanizaciones, proyectos viales, operaciones financieras y de inversión, entre otros rubros. También, a través de la firma Barrio Laguna Los Patos S.R.L., la más nueva, configurada en noviembre de 2015, dedicada a los negocios inmobiliarios y de la construcción.
Tejió lazos con diversas figuras del poder político y, según refieren fuentes consultadas, entabló amistades estrechas como la que sostiene con el ex ministro del Interior Aníbal Fernández, a quien ayudó financieramente durante la campaña a la gobernación bonaerense de 2015. Cuentan que la derrota de Fernández, quien perdió contra la actual mandataria, María Eugenia Vidal, fue un duro golpe para Cagliardi, porque, además, se dio en paralelo con la caída del peronismo en su ciudad de pertenencia.
Las fuentes consultadas por este medio coinciden además en que el golpe apuró un deseo que el empresario venía expresando a media voz, su intención de pelear por la jefatura comunal.
“Voy a ser el que venga a recuperar el peronismo en mi ciudad”, dijo en 2017 a periodistas locales. Ese año, el intendente de Ensenada, Mario Secco, caudillo territorial que va en busca de su quinto mandato, lo abrazó en un acto proselitista y anticipó: “Va a ser el próximo intendente”.
Aquello fue días antes de jugarse la interna del peronismo en la que Cagliardi perdió contra Mincarelli. Le sirvió, de todos modos, para posicionarse en la posterior batalla por el ejecutivo.
De perfil bajo, Cagliardi muestra cierta timidez para moverse en el ámbito público de la política, a contramano de la exposición que le dio el ámbito del deporte automovilístico, donde compitió en el TC Pista de forma apasionada y amateur.
A la luz de la amplia diferencia que cosechó en las PASO sobre Nedela y en medio de la marea peronista – kirchnerista, el espejo le devuelve a Cagliardi su imagen con atuendo de intendente. “El regreso del peronismo a Berisso” que proclamó está a la vuelta de la esquina. Y ya le saca punta al lápiz para confeccionar su gabinete.