El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil rechazó un pedido para liberar al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, pero solo en lo referido a una medida cautelar, ya que le queda pendiente el tratamiento de un recurso de habeas corpus de la defensa que apunta a un tema espinoso: la supuesta parcialidad del juez que lo condenó, el actual ministro de Justicia, Sergio Moro.
Los abogados del ex mandatario argumentan el martes que Moro no fue imparcial y que actuó por motivos políticos, buscando sacar a Lula da Silva del proceso electoral que el año pasado llevó al poder a Jair Bolsonaro. El escándalo de los chats de Telegram entre el ex juez y los procuradores de la operación Lava Jato no hizo más que sumar sospechas en ese sentido.
La titular de la Segunda Sala del Supremo, la jueza Cármen Lúcia, una defensora de Moro y de la causa Lava Jato, había sacado inicialmente de la pauta el tratamiento de los recursos de la defensa, pero su colega Gilmar Mendes la confrontó, exponiendo las fisuras que el tema causa en ese cuerpo, y debió dar marcha atrás de modo súbito.
Mendes argumentó, para incomodidad de Cármen Lúcia, que el exceso de trabajo del cuerpo no era una excusa para seguir evitando tratar un recurso de habeas curpus de un hombre que está preso desde abril del año pasado.
Así, finalmente, por tres votos contra dos, los miembros de esa sala decidieron postergar el debate sobre el recurso que cuestiona la conducta de Moro y rechazaron liberar cautelarmente al ex mandatario.
Lula, de 73 años, purga desde abril de 2018 una pena de ocho años y 10 meses de cárcel por corrupción y lavado de dinero.
Su defensa busca anular la sentencia pronunciada por Moro en primera instancia, alegando que el juez forma parte de una conspiración para impedir el retorno de la izquierda al poder.
Los abogados de Lula presentaron el recurso que cuestiona la actuación del exmagistrado en diciembre pasado, después de que Moro aceptara ser ministro de Justicia de Bolsonaro, quien derrotó en las presidenciales de octubre al delfín de Lula, Fernando Haddad.
Pero sus argumentos ganaron fuerza este mes cuando el portal The Intercept Brasil publicó presuntos mensajes de Moro con los fiscales de Lava Jato, que aparentan una voluntad de perjudicar políticamente al ex presidente.
"Ya habíamos presentado incontables pruebas de que el ex presidente no tuvo un juicio justo, imparcial, independiente. No cometió ningún delito y tiene derecho a ser juzgado por un magistrado imparcial", afirmó al cabo de la sesión uno de sus abogados, Cristiano Zanin Martins, quien se mostró optimista sobre la discusión que la corte debe mantener sobre el caso.