La gobernadora María Eugenia Vidal encabezó este jueves la primera reunión del PRO bonaerense, luego de la derrota electoral del 27 de octubre, donde se constituyó lo que será en adelante la nueva mesa política. La fortaleza de varios intendentes reelectos, el reparto de los cargos que corresponden a la oposición y que deberán negociar con el gobernador electo, Axel Kicillof, la necesidad de sostener unido a Cambiemos y la elección de interlocutores con el peronismo fueron los temas centrales del encuentro.
También, y como si se tratara de un movimiento de sube y baja, el ascenso de los jefes comunales dejó en evidencia la merma de poder de Vidal a partir del 10 de diciembre y del vidalismo como espacio político, encarnado en la figura de Federico Salvai, su jefe de Gabinete, y de Alex Campbell, el subsecretario de Asuntos Municipales y figura central en el armado territorial y la campaña, quien no participó de la reunión.
Como diputado electo, la ausencia de Campbell dejó vacante la pata legislativa de la Cámara de Diputados y se contrapuso con la presencia del jefe del bloque de senadores de Cambiemos, Roberto Costa, quien, según puso saber Letra P, fue ratificado en ese cargo.
NUEVO ESQUEMA. Los intendentes fueron las figuras destacadas de la nueva mesa política del PRO, debido a su capacidad para sobrevivir al tsunami peronista y reelegir en sus territorios.
En este escenario, la decisión fue designar una suerte de representante por cada sección electoral, con la supremacía de Jorge Macri, en su triple función de jefe comunal de Vicente López, presidente del PRO bonaerense y partícipe de la mesa chica del armado político de Cambiemos. Por eso, por la primera sección electoral, marcó representación Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, y por la tercera sección Néstor Grindetti, de Lanús, quien quedó como único intendente macrista en ese territorio del conurbano sur, ya que Martiniano Molina de Quilmes perdió la elección. A ellos se sumarán; Julio Garro, de La Plata, por la octava sección; Héctor Gay, de Bahía Blanca, por la sexta sección electoral; Javier Martínez, de Pergamino, por la segunda sección; y Pablo Petrecca, de Junín, Ezequiel Galli, de Olavarría, y el electo Guillermo Montenegro, de Mar del Plata, por la quinta sección.
En el caso de los tres últimos jefes comunales, se trata de representantes que participan del armado interno de Jorge Macri.
Por el Congreso, se ubicaron el senador nacional Esteban Bullrich y el diputado nacional electo y ya designado de manera anticipada como jefe del bloque, Cristian Ritondo, quien actualmente se desempeña como ministro de Seguridad.
El equipo lo completa Salvai, jefe de gabinete y de campaña de Vidal.
REPARTO. En la mesa de discusión se presentaron todos los cargos políticos que corresponderán a la oposición y que la gobernadora deberá negociar con su sucesor, Kicillof.
Se trata de una lista conocida, conformada por varias sillas del directorio del Banco Provincia, representación en las empresas del Grupo Bapro, y espacios en los directorios de Autopistas de Buenos Aires (Aubasa), la Autoridad del Agua, Centrales de la Costa, el Instituto de Obra Médico Asistencia (IOMA), el Tribunal de Cuentas, la Contaduría General, la Tesorería General, la Fiscalía del Estado y el Instituto de Previsión Social (IPS), entre otros.
En esta nueva conformación de fuerzas, más horizontal, los intendentes tienen más chances de consolidar su poder ya que tienen menos contrincantes internos para pelear esos espacios, como es el caso por ejemplo de los ministros de Vidal, que ya no estarán en el armado.
Durante el cónclave, que se desarrolló en las oficinas que el PRO tiene en la esquina de Balcarce y la avenida Belgrano, en el barrio porteño de San Telmo, se planteó también la figura de interlocutores con el peronismo gobernante, una tarea que desarrollarán en el Congreso Ritondo y Bullrich y que en la Legislatura bonaerense sumará algunas espadas más, además del senador Costa.
También se reiteró la necesidad de trabajar por la continuidad de Cambiemos con el actual formato de bloques únicos y con un esquema donde se dé mayor lugar a la vida institucional de cada uno de los partidos que conforman lo que, en breve, será la oposición.