Rusia salió este jueves defender la legitimidad de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y acusó a Washington de intentar derrocarlo, en su primer pronunciamiento desde que el titular de la Asamblea Nacional (parlamento), Juan Guaidó, se proclamara mandatario encargado y fuera reconocido por Estados Unidos y otros países, entre ellos la Argentina.
"El juramento del opositor 'presidente interino de Venezuela' Juan Guaidó y su inmediato reconocimiento por Estados Unidos y otros países busca acentuar la división de la sociedad venezolana, incrementar la confrontación en las calles y continuar la escalada del conflicto", señaló la Cancillería rusa en un comunicado.
Según el gobierno de Vladímir Putin, la creación premeditada en Venezuela de una "dualidad de poder", es decir, la formación de un centro alternativo de toma de decisiones, "lleva directamente al caos, a la destrucción de la bases del Estado venezolano".
La nota subrayó que Rusia observa en las "acciones descaradas de Washington (…) una nueva demostración de desprecio total de las normas y principios del derecho internacional y un intento de arrogarse el papel de juez de los destinos de otros pueblos".
"Salta a la vista el propósito de aplicar el guion ya probado de derribo de gobiernos indeseados", agregó.
En ese sentido, el presidente Donald Trump afirmó que “todas las opciones están sobre la mesa” cuando se lo consultó sobre una eventual intervención militar.
Su reconocimiento de Guaidó como presidente llevó a Maduro a anunciar el miércoles una ruptura de relaciones con Estados Unidos y a conminar al personal diplomático de ese país a abandonar Venezuela en 72 horas. Como Washington desconoce su autoridad, no valida esa ruptura y mantendrá a los funcionarios en Caracas. Ante esto, la pregunta de los analistas es si Maduro desalojará la sede diplomática por la fuerza, arriesgándose a desencadenar una reacción todavía más fuerte de la Casa Blanca.
Entre las opciones que se barajan en Washington está la de un embargo petrolero.
Moscú dijo ver "con enorme preocupación" los avisos de una serie de países "en el sentido de que no se puede excluir una intervención militar desde el exterior", y advirtió contra "semejantes aventuras que pueden tener consecuencia catastróficas".
El ministerio que dirige el canciller Serguéi Lavrov subrayó que solo los venezolanos pueden decidir su futuro y tachó de "inaceptable la intromisión foránea destructiva, sobre todo en momentos en que, como ahora, la situación es extremadamente tensa".
"Hacemos un llamado a los políticos venezolanos sensatos que se encuentran en la oposición al gobierno de Nicolás Maduro a que no se conviertan en peones de una partida de ajedrez ajena", subrayó.
"La tarea de la comunidad internacional es ayudar al entendimiento entre las diversas fuerzas políticas de Venezuela", concluyó.