No pasa una semana sin que alguna noticia sobre la radio vuelva necesaria la pregunta: ¿Por qué los empresarios toman esta decisión? Despidos, compra-ventas, reorganización de programaciones, vaciamiento. Los empresarios llegan y se van cuando quieren. Los papeles muestran nombres de sociedades y titulares de hace más de 20 años. El medio se agrieta, se dobla, se deforma, pero no parece romperse. En las vísperas de un nuevo aniversario de la pionera transmisión de los “Locos de la Azotea”, la radio está rara.
Cuesta encontrar explicaciones a que Elizabeth “la Negra” Vernaci no sea rentable para Radio Con Vos o que ningún programa de la grilla de FM Blue sea tenido en cuenta por sus nuevos dueños , el Grupo América de Daniel Vila, José Luis Manzano y Claudio Belocopitt y el Grupo Alpha Media de Marcelo Fígoli). Y esas incógnitas se suman a otras como el vaciamiento de grandes marcas del éter como Radio Belgrano, Del Plata, Rivadavia o El Mundo.
Los conflictos económicos y la retracción del mercado publicitario en meses de inestabilidad económica pueden explicar algunos movimientos. En Radio Con Vos, el de “la Negra” era, por lejos, el programa más escuchado. En medio de distintas versiones, el programa llegó a su fin luego de que le propusieran reducir los costos del envío prescindiendo de su co equiper: Humberto Tortonese. El de Vernaci era el único programa con una estructura más cercana al magazine de entretenimiento o show radiofónico en medio de una grilla que de 6 a 20 tiene un fuerte perfil periodístico-informativo. Tras dos años de reconstrucción de la imagen de marca, los dueños de la radio (Carlos Gorosito, Martín Kweller y Alberto Vijnovsky) se desprendieron de la figura central de su programación (incluso era su voz institucional) para mejorar los números.
Si Radio Con Vos recauda poco en publicidad, quitar a su figura más competitiva del aire no parece ir en búsqueda de ganar una mayor porción de mercado sino de achicar los gastos para reducir la sangría. Una radio que no busca más audiencia es una radio rara. Si a eso le sumamos los recortes que sufrió en concepto de publicidad oficial en 2018, la cosa se pone más rara todavía.
El caso de FM Blue abre otro abanico de explicaciones. La emisora pertenecía a la familia de Raúl Moneta hasta mediados de este año. Moneta estuvo (¿está?) involucrado en la causa “Ciccone” al igual que Jorge Brito, otro banquero con intereses en radios durante el kirchnerismo. El primero le vendió FM Blue a los nuevos reyes del éter porteño: la sociedad entre el Grupo América y el Grupo Fénix. El segundo le cedió su participación en Radio Belgrano a los socios locales de Turner (Marcelo González –WAM- y Guillermo Seita –Management & Fit-) para lanzar la versión local de CNN Radio.
Belgrano hace varios meses que sólo programa música, a la espera de un retardado lanzamiento de la emisora de Turner. En Blue la programación también pasó a ser completamente musical. Si bien su audiencia no era masiva (ocupó el puesto 13º entre las FM en julio de este año), el nicho al que llegaba generaba una ventana comercial distinta al mainstream. El objetivo del cambio consistió en pasar a un formato musical de rock-pop clásico al estilo Aspen. Esta propuesta, otra vez, incluye recortar los gastos en el armado de equipos de producción para volver más chicas las cuentas pero menos riesgosa la falta de rating. Al mismo tiempo, el grupo comprador ya cuenta con una FM más hablada como Rock And Pop, la cual intenta relanzar desde hace un año.
Instalar una emisora musical lleva muchos más años, en la mayoría de los casos, porque no se cuenta con propuestas muy resonantes (sumado a la competencia de plataformas de streaming) y por la falta de figuras del aire que puedan traccionar oyentes (como buscó Rock and Pop con Beto Casella). Las emisoras musicales más escuchadas llevan largos años de trayectoria en la construcción de una identidad sin muchos volantazos (Aspen tiene 30 años; Mega, 18; Disney, 17; y Vale, 12).
Otro grupo de emisoras vive días aún más difíciles. Con varios de sus anteriores dueños dentro de la causa de los cuadernos (Claudio Uberti y José María Olazagasti), radio El Mundo está en manos de un “empresario”, Martín Rodríguez Flores, que tomó la emisora, despidió trabajadores, armó una programación nueva y ya tiene escándalos por falta de pago con los nuevos integrantes (aquí el incidente reciente con Pepito Cibrián).
En Rivadavia, el juez de la quiebra suspendió el remate de las licencias y los estudios de las radios (incluida FM Uno 103.1) ante la oferta del Grupo América. El espacio de la ex Radio América quedó en silencio. Aún se espera que Jorge Fontevecchia lance su proyecto de emisora de noticias a más de un año de la adjudicación. En Del Plata, los hijos de los dueños de Electroingeniería incumplen sus obligaciones como empresarios: no pagan indemnizaciones y los sueldos a la mitad y en cuotas. En Córdoba acaban de vender su FM Pulxo a los empresarios encargados de lanzar la CNN Radio en Buenos Aires.
Rara, la situación de todas esas radios es rara. ¿Para qué quiere Rodríguez Flores su radio si nunca pudo pagar sueldos? ¿Se va a quedar Vila con Rivadavia sabiendo que incumple con los límites legales a la cantidad de AMs en una misma ciudad?
Como se dijo en una nota anterior, es necesaria la intervención del ENACOM y del Ministerio de Trabajo para normalizar la situación laboral, económica y empresarial de la radio. La autoridad regulatoria lanza un plan de regularización de los permisos precarios provisorios otorgados hace más de 25 años en todo el país. Se trata de una medida que podría resarcir décadas de desmanejos en los papeles de las radios de los principales centros urbanos (AMBA, Rosario, Córdoba, Mendoza). Su implementación y resultado es una incógnita pero se trata de un anuncio positivo.
El círculo vicioso de la radio (empresarios con intereses en otras actividades económicas, programaciones eclécticas, oyentes desorientados, publicidad en crisis, descontrol estatal) parece haber entrado en una espiral difícil de revertir. Y menos radio, menos producciones y más emisoras pasando música nunca pueden mejorar el escenario.