Los temas y la experiencia

La economía y la corrupción están entre las principales preocupaciones de la sociedad. Los medios tienen una capacidad desigual de influir en la comprensión de la opinión pública sobre estos temas.

“Recién llego al Patria. Me dicen que el dólar está 30,50 y que Bloomberg informó que, después de Turquía, Argentina es el mercado emergente más vulnerable por balance de cuenta corriente, deuda externa e inflación. Uhh!! Van seguir con el circo judicial y los movileros atrás mío”.

 

El tuit de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner podría haberse escrito en cualquier otro momento de la gestión de Mauricio Macri. No tanto porque el dólar alcanza niveles históricos sin solución de continuidad, sino porque el mensaje expresa de manera elocuente la puja entre dos temas que suelen pelear cabeza a cabeza: asuntos socioeconómicos versus corrupción. Por ahora dejaremos de lado la generalizada preocupación por la inseguridad, que se ha vuelto una invariante en la opinión pública argentina.

 

Entre los problemas más importantes del país (PMI), la inflación sigue llevando la delantera frente a la corrupción, que aparece en la agenda interpersonal de manera espasmódica. La agenda intrapersonal se define por aquello que el individuo considera más importante y se mide con el PMI. La agenda interpersonal, en cambio, se compone de los temas sobre los que el individuo habla y discute con otras personas. Es decir que no necesariamente un tema que acapare las charlas de café o los comentarios en un ascensor se instalará como una preocupación íntima de parte importante de la sociedad argentina, que percibe que su situación empeoró respecto de un año atrás y que se agravará en el futuro próximo.

 

 

La consultora Synopsis analiza el impacto en la agenda pública de dos grandes cuestiones asociadas a la responsabilidad de los principales líderes políticos del país: la situación económica afecta la imagen de Mauricio Macri y la corrupción, la de CFK.

 

Se trata de casos elocuentes para analizar la dinámica de la relación medios-opinión pública. Los temas económicos son caracterizados como “experienciales”, es decir que al afectar la experiencia inhiben la influencia mediática. La corrupción, en cambio, al no participar de la vida cotidiana deja espacio para la influencia potencial de los medios, pues es prácticamente  la única fuente con que cuenta el público para enterarse de este tipo de delitos.

 

Los ilícitos atribuidos a los gobiernos alcanzan visibilidad y ascienden al juego de la política cuando son definidos desde la lógica del espectáculo. Como advierte Bartels, cuando los eventos espectaculares están ausentes los medios no pueden actuar de modo uniforme. Con espectáculo político nos referimos a la tendencia de las noticias a centrar la atención en los actores y sus responsabilidades individuales y al relato dramático de eventos aislados, subestimando los contextos que les dan sentido.

 

La creación de héroes y demonios efímeros que honran o castigan acciones individuales tienden a reafirmar creencias existentes. En definitiva, asume Alfredo Zaiat en su libro Amenazados, es cómodo demonizar al Estado por la participación de sus funcionarios en actos de corrupción, aun cuando más del 60% de los flujos ilegales de dinero a nivel mundial sean explicados por el sector privado y sólo un 3%, por la corrupción gubernamental. 

 

La economía, ¿es experiencial? 

 

Suele ser difícil analizar la tematización de cuestiones socio-económicas, en particular por la relación cotidiana que los individuos tienen con los aumentos de precios, la desocupación, la pobreza y la devaluación del peso argentino y, con ello, la depreciación del salario real.

 

Los medios ciertamente afectan la percepción pública acerca de la economía, aunque no está claro si dicha comprensión proviene fundamentalmente de la cobertura noticiosa o de la situación económica extra-mediática. Partiendo de la premisa de que las noticias sobre economía son valoradas en términos negativos más que positivos, Hester y Gibson observan que un tratamiento negativo de este asunto no tendrá efectos sobre la conducta presente de las personas, aunque  generará cambios en las actitudes sobre decisiones económicas futuras. Replicando la hipótesis de estos autores, un estudio de la agencia de marketing In-Store Media observa un claro efecto negativo de la inflación en las  perspectivas económicas futuras de la mitad de los argentinos. 

 

Después de todo, tal vez sea menos importante descular si las noticias sobre aspectos económicos contienen condimentos intra o extra-mediáticos de manera excluyente que comprender que, aunque sintamos en nuestros bolsillos el aumento sostenido del precio del pan, la carne o la leche, los índices también son construcciones y, como tales, son puestos en cuestión y cambian según la legitimidad que alcancen en determinados contextos socio-económicos y político-culturales.

 

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