CIERRE DE LA VISITA OFICIAL

Macri vuelve de EEUU eufórico por los gestos pero con dudas sobre los resultados

Cerca del Presidente evalúan que la visita oficial fue exitosa, pero la incertidumbre en materia comercial continúa. Posibles nombramientos en Washington. El futuro de los acuerdos firmados con Obama.

Cuando Mauricio Macri salió de la Casa Blanca respiró tan aliviado como los demás funcionarios que lo acompañaron este jueves, durante el almuerzo de chorizos con puré que compartieron con Donald J. Trump, anfitrión y 45° presidente de los Estados Unidos. Durante los 102 minutos que duró el encuentro, el dueño de casa le prodigó una batería de gestos públicos para posicionarlo a su par argentino como a un viejo conocido que, de ahora en adelante, puede transformarse en uno de los aliados preferidos de Washington en América del Sur y también en el caribe.  El primer paso para construir ese vínculo ya fue dado: Trump no descarta visitar Buenos Aires en 2018, cuando se realice la próxima edición del G20. Uno de los participantes de la comitiva presidencial confió a Letra P que el mandatario norteamericano sugirió que quiere visitar Argentina en una gira oficial. El comentario del magnate oriundo de Queens, Nueva York, le aportó una señal de continuidad al encuentro que transformó a Macri en el segundo jefe de Estado de América del Sur que es recibido en la Casa Blanca y, hasta ahora, uno de los pocos que salieron indemnes de las asperezas que el multimillonario le dedica a sus pares invitados. El primero en pasar por el Salón Oval fue el peruano Pedro Pablo Kuczynski, que visitó a Trump hace dos meses, pero el momento tan sólo duró 12 minutos.

 

Tras la comida dentro de la Casa Blanca, Macri tuvo una tarde cargada de señales que aumentaron sus expectativas. La sala para 250 personas del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) quedó desbordada, con más de 500 funcionarios, empresarios y lobbystas que se quedaron con las ganas de escucharlo. “Hubo gente hasta en la puerta del edificio que no pudo entrar y los organizadores reconocieron que es la primera vez que se les llena la sala para escuchar a un líder latinoamericano”, contó uno de los invitados que logró entrar al evento. 

 

La tercera escala de la agenda washingtoniana de Macri fue en el Capitolio, donde se reunió con legisladores republicanos y demócratas del Senado y de la Cámara de Representantes. La cita tuvo una cantidad menor de legisladores presentes, pero Macri se vio cara a cara con senadores de peso para Trump, como los republicanos John McCain, ex candidato presidencial republicano en 2008, y Mitchell McConnell, jefe de la mayoría de ese partido en el Senado. Por los republicanos esta vez hubo figuras de mayor espesura que Marco Rubio, de la Florida, quien carga con el desdén del actual jefe de la Casa Blanca. Estuvo acompañado por sus pares Ben Cardin (Maryland), Robert Corker (Tennessee), Christopher Coons (Delaware),  y James Lankford (Oklahoma). Por los Demócratas de la Cámara Alta, estuvieron Clarence William "Bill" Nelson y Timothy Michael Kaine, ex gobernador de Virginia y compañero de formula de la derrotada candidata Hillary Clinton. Tras esa cita, Macri estuvo reunido con el titular de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y con los jefes de la mayoría y de la minoría en la Cámara Baja: Kevin McCarthy y Nancy Pelosi.

 

La agenda fue cumplida como estaba prevista, salvo por un cambio que pasó inadvertido: Macri no condecoró el ex presidente norteamericano James Carter (Demócrata) por su compromiso con los derechos humanos durante la última dictadura militar en Argentina. El gesto fue suspendido para no sumar rispideces con el mandatario republicano y en su lugar, Trump formalizó la desclasificación de otra tanda de documentos del Departamento de Estado sobre el mismo período. 

 

LA OFRENDA DE TEXAS. En las tres reuniones la comitiva tuvo una carta para mostrar: la visita que este miércoles hizo el Presidente a Houston a la planta que la mutlinacional Techint tiene en la ciudad Houston Texas, donde el CEO argentino del grupo Paolo Rocca anunció la “inversión de 1800 millones de dólares en la construcción de nueva planta de tubos sin costura, en Bay City, primera de su tipo en ese país que generará unos 1600 empleos directos e indirectos”. 

 

“Hasta el momento ningún mandatario latinoamericano vino a anunciar inversiones en Estados Unidos durante una visita oficial. Fue un gesto distintivo que le permitió a Macri llegar de otro modo a la Casa Blanca, más allá de las críticas locales que recibimos por anunciar inversiones que generarán puestos de empleo en Estados Unidos”, analizó otro funcionario poco antes de entrar a la cuarta fase de la mini gira: un encuentro con 200 ejecutivos de IBM, HSBC, Chevron, APR Energy, Lockeed Martin, Viacom, Monsanto y Cargill, entre otras compañías.

 

“Más que eufóricos estamos conformes, queda ahora definir al nuevo embajador argentino en Washington en base a la evaluación de esta gira”, explicó una fuente de la cancillería en la noche del jueves, cuando el presidente ya había comenzado su regreso junto a su comitiva, que estuvo integrada por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la canciller Susana Malcorra; los ministros de Producción, Francisco Cabrera, y de Energía y Minería, Juan José Aranguren, además de los secretarios de Comercio, Miguel Braun, y de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo. Cerca de esos funcionarios aseguraron que “es inminente el anuncio de un nuevo embajador, que podría ser de carrera hasta que el Senado apruebe al candidato que nomine Macri”, aunque en la comitiva habían dos de los posibles candidatos, como Cabrera y Pompeo. 

 

BUENOS AMIGOS, POCOS NEGOCIOS. “Se vivió un clima muy parecido a la visita de Obama en Buenos Aires. Fue volver a respirar, porque parecía que venía todo para atrás y no es así. Es una pena que la prensa argentina haya preguntado solamente por los limones. Eso es un error de los productores argentinos que no hicieron el lobby necesario para liberar al presidente de la pequeñez de los limones, cuando hay temas peores como el biodiesel y todos los temas comerciales que Trump no podrá destrabar rápidamente porque eso depende de su debilidad en el Congreso, por donde paseó Macri”, analizó un observador argentino que participó de parte de la agenda oficial. 

 

“En la Argentina van a comunicar el fin de las trabas al ingreso de limones como un gran avance, pero es un tema delicado, porque Trump está empezando a resignar parte de su política porque el Congreso no lo deja. No pudo con el Obama Care, no pudo con los endurecimientos inmigratorios, ahora tampoco con el muro, y ahora tiene por delante la reforma para bajar impuestos. Eso implicará una dura negociación en el Capitolio, porque necesita los votos para lograrlo y si hace algo que perjudique a los productores estadounidenses, con los limones o con otros productos, la apertura de ese mercado para la Argentina será más difícil de lo esperado”, aseguró la fuente. 

 

Esos componentes son la parte amarga del viaje: el Presidente vuelve con gestos de respaldo y un puente privilegiado respecto a otros aliados clave de Washington en la región como Colombia o Chile. Sin embargo los bolsillos siguen demasiado flacos en materia económica y comercial. La única orden concreta de apoyo fue la instrucción de Trump para que su país apoye incondicionalmente el ingreso de Argentina a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Lo demás son interrogantes y dudas que giran en torno a la continuidad del Diálogo de Alto Nivel que firmaron Macri y Barack Obama en marzo de 2016, aunque una gran parte de esa hoja de ruta deberá ser reordenada en base al primer semblanteo que protagonizaron Trump con ese “viejo amigo” que no veía hace 25 años, desde que lo echó de Manhattan junto a su padre Franco y le impidió hacer negocios inmobiliarios en la Gran Manzana. 

 

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