A poco meses que el debate político se concentre en el armado de listas electorales, la esposa de Enrique “Pepe” Albistur, Victoria Tolosa Paz, busca posicionarse en La Plata para encontrar un lugar en la nómina de candidatos a diputados provinciales. La estrategia publicitaria corre por cuenta de la empresa familiar Wall Street, que desde hace años tiene la concesión de la cartelería de los refugios de colectivos a los que usa para beneficio personal, pero no le dedica una inversión proporcional.
Tal como indicó en Letra P, entre los nombres que aparecen en el posible armado del peronista platense se habla de Victoria Tolosa Paz, esposa de Enrique “Pepe” Albistur, secretario de Medios de la Nación durante la administración de Néstor Kirchner. La mujer, que no tiene experiencia en política, busca un lugar en la nómina de diputados provinciales y para hacerlo ha hecho un importante despliegue publicitario callejero, sobre todo en las paradas de los colectivos.
Si bien hay quienes aseguran que la inversión ha sido importante, lo cierto que la fijación de cartelería en los refugios corre por cuenta de su esposo, propietario de la empresa Wall Street, que tiene a su cargo la explotación de la publicidad en el mobiliario urbano.
La concesión la ganó Albistur durante la gestión del entonces intendente Julio Alak y casi automáticamente logró la renovación durante el mandato de Pablo Bruera. Sin embargo, en agosto del 2016 el contrato se venció y por estos días, ante la falta de un llamado a licitación, sigue explotando la publicidad en las paradas de micros por una suerte de “derecho adquirido”.
Según supo este portal, en total administraba unos 270 refugios en la ciudad de La Plata, los cuales se comercializan por un valor que varía entre 1500 y 2000 mil pesos por mes. Si bien hasta la actualidad ha cumplido con el pago de los cánones correspondientes, no ha avanzado en inversiones para mantener el mencionado mobiliario urbano municipal. Hoy, el municipio se encuentra en juicio contra la empresa de Albistur
En este sentido, a la ausencia de mantenimiento se suma la falta de incorporación de nuevos artefactos, contemplados en el contrato, así como la inclusión de vehículos para fiscalizar la publicidad en vía pública que deberían haber sido entregados al municipio.
La deficiencia en las garitas no la padecen otros que no sean los usuarios del transporte de colectivos, quienes en reiteradas ocasiones hacen llegar su reclamo a la administración municipal.