El principal punto es que la iniciativa votada la semana pasada en el Senado no explicita qué ocurre en los casos de fusión de listas en una interna. En realidad, por respetar la cuestión de género no se daría lugar a quien le corresponde el escaño por ser parte de la lista minoritaria.
Por ejemplo, en una interna con números ajustados y suponiendo que los tres primeros lugares de la lista para las generales se corresponden al espacio ganador de la PASO, con la ley de paridad podría quedar hombre-mujer-hombre, y así el cuarto lugar debería ser para una mujer. Pero –siempre en plano de la probabilidad- suponiendo que el que encabezó la boleta de la lista que salió segunda fue un hombre, le correspondería el cuarto lugar en la boleta para la elección general. Sin embargo en ese caso debería declinar su candidatura y cederle ese espacio a la mujer de su lista para completar el binomio. De esas inconsistencias son las que no están seguros ni los propios massistas.
Además, el proyecto fue militado y presionado desde afuera de la legislatura. Eso es lo que por lo bajo señalan algunos legisladores –hombres- sobre la iniciativa que se encuentra trabada en la cámara baja.
Sobre la “inconsistencia”, los diputados también explican que en el Senado para “sacárselo de encima” lo votaron sin analizar en profundidad la norma. “Es un desmadre”, apuntó un diputado peronista en la previa a la sesión que finalmente no fue.
Quien ahora deberá remediar los detalles para darle al propio Sergio Massa la garantía de que la ley saldrá será el diputado provincial y presidente de la comisión de Reforma Política, Pablo Garate. La tarea no será sencilla. Es que en la comisión de Reforma Política, el legislador no puede mover demasiados expedientes por el rechazo que le hacen los legisladores tanto oficialistas como opositores.
En Cambiemos por su parte ya se elevaron voces en contra de la iniciativa que obliga a incluir la misma cantidad de hombres como de mujeres en las listas. El diputado que forma parte de la Coalición Cívica dentro de Cambiemos, Guillermo Castello expresó días atrás que “nuestra actualidad política prueba claramente la innecesaridad de un cupo legislativo artificial, con una ex presidenta, varias gobernadoras, una vicepresidenta, y dos diputadas entre las de mejor imagen positiva, por nombrar sólo algunos ejemplos, ninguna de las cuales necesitó de cupo ni paridad compulsiva alguna”.
Quienes en silencio también se oponen al proyecto y no forman parte del massismo chicanean sobre por qué el Frente Renovador no usó la paridad en las elecciones pasadas. De hecho durante el debate en el senado, la legisladora por Cambiemos, Nidia Moirano recordó que en la Sexta sección electoral Cambiemos armó las listas con un hombre y una mujer y que no necesitó de ninguna ley para llevarlo a cabo.