Fein vs Arroyo Salgado: sordos ruidos de una guerra que se libra en varios frentes
La fiscal opera para sacarle una causa a la ex esposa del investigador de la AMIA. El apoyo de Gils Carbó y el lobby de un empresario amigo de Guillermo Moreno. Otra acusación a Stiuso.
La guerra abierta que libran la fiscal Viviana Fein y la exesposa del fallecido Alberto Nisman, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, trasciende la superficie de la investigación por la muerte del ex jefe de la Unidad AMIA y se derrama hacia causas potencialmente vinculadas, en una trama de presiones, lobbies y operaciones que se desarrollan en los pliegues de los tribunales y en sucursales de la política y el mundo empresario.
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Concretamente, por estas horas, Fein trabaja para que Arroyo Salgado deje de instruir la causa por la desaparición del financista Damián Stefanini, quien, según trascendió recientemente, sería uno de los aportantes en la cuenta de Nisman en el Merril Lynch de Nueva York. En la búsqueda de éxito, Fein habría llegado bien arriba: le habría pedido a la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, que opere sobre los camaristas de San Martín.
Fein sostiene que Arroyo Salgado quiso cerrar rápidamente ese expediente cuando cayó en sus manos y que se empeñó en sostener la teoría de que Stefanini en realidad se fugó del país por temor a un ajuste de cuentas por cuitas con narcotraficantes.
La fiscal y su jefa, que cada vez pasa temporadas más largas en Italia por cuestiones personales, están entusiasmadas con la posibilidad de apartar a Arroyo Salgado para luego acusarla por supuesto encubrimiento. Esto tienta, además, a un empresario hotelero vinculado al Gobierno, vía Guillermo Moreno, que no está conforme con el accionar de Arroyo Salgado y que asegura tener material para una denuncia ante el Consejo de la Magistratura, el organismo que evalúa el desempeño de los magistrados y, eventualmente, los juzga y puede destituirlos.
Fein y Gils Carbó creen que Arroyo es una extensión del círculo de Jaime Stiuso, el ex espía todopoderoso de la Side que acaba de sumar una nueva imputación en la Justicia Federal. Tienen un aliado natural en el juez Rodolfo Canicoba Corral, que recientemente se encontró en Miami con el empresario Marcelo Figueras, también conectado al kirchnerismo por su esposa, la senadora María Laura Leguizamón.
En esa reunión, Canicoba recomendó investigar la relación entre Arroyo Salgado y Claudio Picón, el empresario conectado a agencias de inteligencia privadas que también aparece en la causa por la cuenta de Nisman en Estados Unidos. Figueras arrastra, desde hace años, algún entuerto tanto con Picón como con su amigo el ex agente de la CIA Frank Holder.
La decisión sobre el futuro de Arroyo Salgado en el caso de Stefanini corresponde a la Cámara Federal de San Martín. Es una instancia donde el oficialismo tiene varios camaristas que le responden, entre ellos Alberto Lugones, recientemente designado.
La actuación de la exesposa de Nisman será revisada también por la Cámara de Casación Penal, porque allí debe resolverse una serie de apelaciones por parte de periodistas y exintegrantes de las fuerzas de seguridad (José “Tata” Yofre, Carlos Pagni, Roberto García, Carlos Raimundes etc,), todos procesados por supuestas maniobras de espionaje. La jueza que los procesó es justamente Arroyo Salgado, que los llevó a ese brete judicial a pesar de las maniobras del abogado Alfredo Lijo.
Como se ve, la novela, que tuvo su pico de audiencia en el agitado verano porteño, no terminó. Suma capítulos que no se transmiten en el prime time, pero tienen todos los condimentos de la más inquietante saga de espionaje.