Cuando Sergio Massa anunció al filo del cierre que su compañero de fórmula presidencial iba a ser el intendente electo de Salta, Gustavo Sáenz, el tigrense mantuvo a unos cuantos expectantes. Algo que le gusta hacer. Sostener hasta el punto máximo la intriga. Lo hizo, también, en la conferencia de prensa en la que ratificaba su candidatura presidencial desde Tigre.
En Salta, Gustavo Sanez, ganó las PASO. Venció al candidato de Juan Manuel Urtubey y al de Mauricio Macri. Luego en las generales, también se alzó con la victoria. El salteño fue el único que le pudo dar una alegría electoral al tigrense hasta el momento. El resto sólo les trajo disgustos.
Que sea el salteño también tiene sus motivos. Massa eligió así diferenciarse de la impronta porteña PRO que lleva la fórmula Macri-Michetti, como del “dedazo” que tanto critica del kirchnerismo que corrió a Randazzo de escena para las internas y propuso a Scioli-Zannini. Massa, en cambio, irá a internas con el gobernador cordobés José Manuel De la Sota.
Tras el anuncio, desde Salta empezaron buscar desgastar la figura de Sáenz. Medios de comunicación con un gran poder de fuego territorial, rápidamente llevaron al intendente a un terreno incómodo.
Sacaron encuestas, titularon con la pregunta y no con la respuesta. Pero respuesta fue clara: “no podía decirle que no a un hombre que estuvo conmigo en mi pelea por la intendencia salteña en la que yo no era favorito”.
Este martes al mediodía, Saenz acompañará a Massa en una conferencia de prensa en el Museo de Arte de Tigre (MAT). Será una de las primeras actividades de los dos dirigentes como compañeros de fórmula. Uno de los motivos es mostrar la valorización del interior profundo en la propuesta +A