Judiciales

Secretos y verdades detrás del cierre de la causa que angustiaba al segundo de Zannini

Negociaciones a la sombra permanente del concurso que define la última vacante de la Cámara Federal. El pacto del ¿opositor? juez Cabral. El triunfo de De Vido y la bandera blanca del operador Javier Fernández.

El sobreseimiento de Carlos Liuzzi, segundo del secretario de Legal y Técnica Carlos Zannini, es solo un movimiento de una gran maniobra que esta semana quedó superado por la polémica de la Corte Suprema. El trasfondo no pasa ni por los allanamientos que Norberto Oyarbide habría ordenado frenar, ni por las opacas cuentas de la mutual Propyme, ni siquiera por la vida fastuosa de Liuzzi, que incluye un piso en Puerto Madero y su presencia en eventos exclusivos. La imagen radicalmente opuesta a la que frece su jefe Zannini.

 

Todo gira en torno al concurso para cubrir la última vacante en la Cámara que supervisa a los juzgados federales de Comodoro Py. Zannini quiere ese lugar para el juez penal tributario Javier López Bizcayart. O mejor dicho, quería, ya que  no sucederá. En ese concurso además del juez del caso Skanska (López Bizcayart) está anotado Mariano Llorens, familiar de Rafael Llorens, abogado de Julio De Vido. En esta movida, Llorens tiene todo el apoyo de Ariel Lijo, su hermano Alfredo y el consejero de la Magistratura Luis Cabral que en su actividad diaria se la pasa criticando a los K pero, sabe cuándo dejar el acting para negociar.

 

La causa a Liuzzi se la cerró José Luis Rodríguez, compadre del operador Javier Fernández. El pedido vino del Gobierno pero también fueron elementales los movimientos del grupo que apoya a Llorens, sobretodo para evitar que el fiscal Ramiro González apelara la decisión de Rodríguez. Si el fiscal apelaba y el caso iba a la Sala II, Zannini seguía en problemas.

 

La maniobra traduce la realidad de que Fernández ya no vive una rivalidad permanente con los hermanos Lijo (históricos rivales en Py), sino que ahora, ante el repunte de Daniel Scioli en las encuestas, ha decidido, sin más, plegarse a la Ola Naranja y entender que a Sergio Massa se le acaba la nafta, aunque su amigo Dario Richarte se empeñe en decir otra cosa.

 

Ahora, en cambio, el camino está despejado y el único favor que le van a pedir expresamente al “chino” es que se olvide de su amigo López Bizcayart y que no obstaculice el desembarco de Llorens en la Cámara.

 

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