En la calle la reventa alcanzaba valores insólitos, en algunos casos hasta más de 6 mil dólares. El problema que involucra a la AFA es porque aparecieron entradas que se revendieron con los nombres de la familia Grondona.
Y esto se transformó en escándalo luego de unas cámaras ocultas de ESPN Brasil, en donde se ven a dirigentes argentinos en los hoteles de la Selección, al parecer comercializando tickets. Quienes aparecen son el gerente de Selecciones Omar Souto, el jefe de Seguridad del plantel Alberto Capuchetti y el vicepresidente de la AFA Luis Segura.
“Los dirigentes vendimos entradas a gente que nos pedía. Pero una cosa es vender y otra revender”, se defendió Segura en ESPN radio.
“El día anterior al partido, tanto a Alemania como a nosotros nos ofrecieron un pequeño remanente de entradas, con cargo, porque teníamos un grupo de personas allegados a la AFA todavía sin entradas”, dijo por su parte Emilio Vázquez -jefe de administración de venta de entradas-, detallando que “no las sacamos a la venta al público, lo cobramos porque había que pagar la factura de FIFA”. Fueron 175 tickets.
Eso sí, en una especie de autocrítica, dijo que “el proceso que se hizo de entregarlas y cobrarlas en el lobby no lo volveríamos a hacer, pero no había tiempo”.
Dos hinchas argentinos que fueron detenidos por comprar estas entradas dijeron directamente que quien las vendió fue el mismísimo ex presidente de Argentinos Juniors, Segura. Se trata de Demian Tujsnaider y Darío Rosenzvit -el primero , vocal en River, por la lista de Antonio Caselli-.
“Tengo un amigo al que le vendí algunas entradas, él a su vez le dio entradas a otro amigo. Ahora qué hicieron con las entradas, yo no sé”, dijo Humbertito, el hijo del presidente de la AFA.
Decenas de miles de hinchas argentinos no pudieron ingresar a los estadios ya que no consiguieron entradas; todo, mientras las barras ya las tenían de antemano, sin ningún tipo de filtro y gozando de la comodidad e impunidad que las caracterizan.
Lo cierto es que la AFA es simplemente una parte de un mundo de manejos sospechosos en la cuestión de las entradas para los partidos del Mundial. La FIFA estuvo en la mira en todo momento, más cuando en las últimas horas se entregó a la justicia Raymond Whelan, director de Match Services, una empresa asociada a la FIFA, que encima está vinculada a uno de los sobrinos del presidente, el suizo Joseph Blatter.