En el último apartado del breve proyecto que Grondona entregó a los clubes se habla de los “beneficios de la Liga Argentina”. Allí se enumeran 15 puntos, con el objetivo de fundamentar esta reestructuración que desde hace varios días despertó una gran polémica.
“Todos los participantes jugarán por objetivos hasta las últimas fechas de la fase regular. Al jugar por algo, desaparecerán las sospechas mediáticas de partidos arreglados”; “se fomentan los proyectos a largo plazo. Habrá mayor paciencia y tolerancia a partir de entender que una mala racha no define la temporada”; y “la reestructuración favorece a la reactivación del mercado interno, en estado comatoso desde hace varios años. Esto es vital ante la depresión del mercado europeo”, son algunas de las explicaciones.
Pero es interesante remarcar estos dos puntos: según Grondona, “se federaliza realmente la competencia. En la presente temporada solamente 4 provincias de las 23 están representadas en la élite y probablemente Mendoza pierda su lugar. Esto nos dejaría un ridículo y patético 3 de 23: el 13%. Es fundamental federalizar la competencia de élite cuando quien paga por los derechos es el Estado y la publicidad en partidos y tandas es estatal”; y “un torneo más federal promueve a un aprovechamiento integral de los mejores estadios del país (con la obligación tácita de realizar mejoras en un plazo mediato)”.
Algo que, jugando con los números, equipos y proyecciones, no será tal.
Es que teniendo en cuenta cómo finaliza previo al Mundial de Brasil la temporada argentina de fútbol en Primera, Nacional B, Primera B Metropolitana y Torneo Argentino A (las cuatro categorías que definirán a largo plazo el armado del nuevo torneo de 30 equipos), uno puede imaginar en un porcentaje elevado qué equipos jugarán aquel novedoso certamen.
Después del Mundial, durante menos de 6 meses se jugarán los “torneos de transición”, según lo define la propia AFA. La Primera División la jugarán los 17 equipos que mantuvieron la categoría más los 3 ascendidos del Nacional B. No habrá descensos. Y así, por su parte jugarán un torneo de ascenso (Nacional B) un total de 22 equipos: los 15 equipos que se mantuvieron allí tras la temporada 2013/14, los 3 descendidos de Primera, los 2 ascendidos de la Primera B Metropolitana y los 2 ascendidos del Torneo Argentino A. Divididos en 2 zonas de 11 equipos cada una, clasifican 5 y 5, o sea: los 10 ascendidos que se sumarán a los 20 de Primera; un total de 30 que en febrero del año que viene darán el puntapié inicial.
Según están dadas las cosas hasta el día después de que la AFA informara el nacimiento del nuevo certamen, el torneo de transición de Primera a disputarse en el segundo semestre de 2014 lo jugarían Lanús, Boca, Vélez, Gimnasia, Newell´s, River, Arsenal, Belgrano, San Lorenzo, Rosario Central, Estudiantes, Olimpo, Racing, Tigre, Godoy Cruz, Colón, Atlético Rafaela, Banfield, Defensa y Justicia, e Instituto.
Y por su parte, el Nacional B –que durará 4 meses- lo disputarían –hasta este momento- Argentinos (ya descendido de Primera), All Boys y Quilmes (descenderían); Independiente, Unión, Sarmiento, San Martín (SJ), Patronato, Huracán, Crucero del Norte, Boca Unidos, Ferro, Atlético Tucumán, Douglas Haig, Independiente (Mza), Brown, Aldosivi y Gimnasia de Jujuy –si se salva y desciende Sportivo Belgrano- (permanecerían en la B); Chicago (hasta ahora campeón de la Primera B Metropolitana) y un equipo más; y Santamarina (ascendido desde el Torneo Argentino A) junto a otro equipo más que saldrá de una eliminatoria de 14.
Teniendo en cuenta este panorama, para que la realidad le dé el gusto a Grondona se deberían producir una serie de resultados deportivos para que a fin de este año quede conformado el torneo federal que sueña quien maneja los hilos del fútbol argentino desde 1979.
Así, en el mejor de los casos –en una repartija de equipos de distintos puntos del país- se llegaría a un máximo de clubes de 11 provincias diferentes. Estas serían: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Juan, Mendoza, Entre Ríos, Misiones, Tucumán, Corrientes, Jujuy y sólo otra provincia más (la que lleve a uno de los 14 equipos que actualmente pelean el segundo y último ascenso del Torneo Argentino A al Nacional B -entre las que están Chubut, Río Negro, Santiago del Estero, San Luis y Chaco-).
¿Cómo podría quedar conformado el torneo de Primera de 30 equipos para cumplir con el deseo del presidente de la AFA de federalizar la competencia? Teniendo en cuenta la actual clasificación y la proyección realizada en los párrafos anteriores, por ejemplo, así: Lanús, Boca, Vélez, Gimnasia, Newell´s, River, Arsenal, Belgrano, San Lorenzo, Rosario Central, Estudiantes, Olimpo, Racing, Tigre, Godoy Cruz, Colón, Atlético Rafaela, Banfield, Defensa y Justicia, Instituto, Independiente, Unión, San Martín (SJ), Huracán, Gimnasia de Jujuy, Patronato, Crucero del Norte, Atlético Tucumán, Boca Unidos, y un equipo más de otra provincia que surja del actual Torneo Argentino A y que logre ascender a Primera tras una breve escala en la B. Esta sería la mayor aspiración, dentro de las posibilidades, de una elevada presencia de ciudades y, por ende, provincias.
Con esto sueña Grondona.
Y en realidad será un segundo intento, ya que ni siquiera el nacimiento de la Copa Argentina pudo materializar su ansiada federalización. Es que quedó demostrado en sus 3 años de existencia que a esta competición ninguno de los clubes participantes le presta atención, y menos los hinchas, que para ver jugar a sus equipos se tienen que plantear viajar a provincias neutrales, a mitad de semana y en horarios insólitos.