Elisa Carrió sembró la discordia. Desde que la diputada de la Coalición Cívica le abrió la puerta a un posible acuerdo entre el Frente Amplio UNEN y el Pro de Mauricio Macri, los dirigentes que forman parte del espacio que se presenta este martes en el teatro Broadway dedicaron decenas de entrevistas, comunicados y comentarios a pronunciarse a favor o en contra de tal eventual alianza. Las definiciones fueron desde lo contundente hasta lo ambiguo y dejaron al descubierto disonancias internas. Algunos dirigentes acusaron a los medios hegemónicos de querer “generar fricciones” para beneficiar a Sergio Massa en 2015.
El bloque formado por el Frente Amplio Progresista (FAP), tal como fue concebido en el año 2011, no dejó lugar a dudas. Ni Hermes Binner, ni Margarita Stolbizer, ni la agrupación Libres del Sur, están abiertos a hacer un acuerdo con el Pro. “Macri lidera la centroderecha, nosotros la centroizquierda. No hay que confundir”, marcó la cancha Stolbizer. También Victoria Donda advirtió que el jefe de Gobierno “no está invitado a la presentación” de UNEN, porque “no comparte el proyecto”.
Pino Solanas catalogó el acercamiento de “disparate” y Binner habló -en diálogo con La Nación- sobre las fortalezas de UNEN, “ligadas al pensamiento y la ideología”, descartando, con elegancia, cualquier acuerdo con el Pro. “Binner no está dispuesto a acordar con Macri pero tampoco quiere sonar expulsivo”, dicen desde el socialismo. El coqueteo con el macrismo también generó el alejamiento del legislador Gustavo Vera, de la ONG La Alameda, quien no estará hoy en el acto de lanzamiento.
En definitiva, la posición el FAP y Solanas está clara: no quieren a Macri cerca. Pero algunos sectores del radicalismo –empujado por el puntapié de Lilita– empezaron a mirar con más cariño la idea. Los dos precandidatos a presidente, Ernesto Sanz y Julio Cobos, dejaron abierta la posibilidad de avanzar en una eventual alianza con el Pro, aunque los dos supeditaron la idea al caso de que “hubiera ballotage”, entre la fuerza de centroizquierda y algún candidato del PJ. “Por ahora el frente es éste, no le cerramos la puerta a nadie. Escenarios posibles hay miles, si hay ballotage lo veremos, pero ahora no. En todo caso, eso se definirá dentro del espacio”, dicen cerca del senador.
La línea de Ricardo Alfonsín se diferenció un poco de las posiciones Cobos y Sanz. El diputado salió a decir que el “Pro no es ni será parte del Frente Amplio UNEN”. “No necesitamos incluir a Macri para pelear seriamente las elecciones. Hay gente que tiene una visión más orientada a derrotar al Gobierno incluso con los que pensamos distinto. Y otros pensamos que hay que tener más coherencia”, afirma el diputado Miguel Bazze.
Para el ladero de Alfonsín, introducir el tema de la alianza con Macri “puede ser contraproducente generar enfrentamientos y producir grietas sin sentido”, en el espacio. “Tenemos que cuidar lo que tenemos. Embarcarnos en esta discusión no tiene ningún sentido”, dice Bazze.
Desde otros espacios del FAP hay quienes se fastidian por la discordia introducida. “Es parte del movimiento elefantiásico del radicalismo. Hay algunos que van metiendo mayor presión como pueden”, acota un dirigente, que también señala que las contradicciones internas del radicalismo fueron las imposibilitaron que se conformara una lista de oradores para el acto de lanzamiento. “Quisimos poner un orador por espacio, pero ellos querían poner a dos, Cobos y Sanz. Es muy difícil con sus internas”, dice el mismo armador político. “El radicalismo está dividido. Es parte de la disputa política del espacio. No queda claro si efectivamente sumar a Macri es la decisión de algún sector o cada uno va diciendo lo que se le ocurre”, agrega otro integrante del espacio de centroizquierda.
En el GEN que conduce Stolbizer también hay quienes sugieren que la posibilidad de sumar a Macri está más fogoneada por los medios, en la necesidad de levantar la figura de Macri, que por el espacio. “Todos preguntan y repreguntan eso en las entrevistas y al final, algo responden los dirigentes. Pero no es un tema que se esté discutiendo en la mesa del Frente”, comentan cerca de la diputada.
Más allá de lo ideológico, la eventual decisión de integrar al Pro no sería nada fácil de implementar en algunos distritos. En Santa Fe, por ejemplo, significaría que Binner aceptara aliarse con Miguel del Sel, una posibilidad que, según un dirigente del Frente, no existe ni siquiera como remota. “Los medios le están pegando con todo a Santa Fe. Ya da para pensar que están tratando de beneficiar a Massa”, comentan desde el espacio. Precisamente en esa provincia, Massa cuenta con un aliado estratégico: Carlos Reutemann.
En Córdoba un acuerdo con el Pro también parece más que improbable. Luis Juez aceptó a regañadientes sentarse a negociar con el radicalismo – más con el sector de Mario Negri que con el de Oscar Aguad, que propicia un acercamiento con Macri – pero acaba de denunciar penalmente al intendente Ramón Mestre, un radical que cada vez se muestra más cerca del Pro. En el FAP hay quienes entienden las cuentas que hace el radicalismo: si la UCR se aliara con el Pro, se alzaría con un triunfo seguro en tierra cordobesa. Lo mismo sucedería en otras provincias. Pero aún así, no aprueban la alianza.
“Algunos medios parece que están desesperados por generar alguna fricción interna, para beneficiar a algún otro candidato”, dice Bazze. A pocas horas de la presentación del Frente, son varios los dirigentes que lamentan que la unión del FAP y la UCR, tan positiva en la experiencia de UNEN en la Ciudad de Buenos Aires pero que costó tanto trabajo acordar, haya quedado sumergida en la polémica por la incorporación del Pro.