La trágica historia la protagonizó un hombre parapléjico de 51 años, que a las 9 de la mañana de este viernes ingresó al mencionado hospital con una profusa hemorragia, tras amputarse los genitales con un cuchillo en un fallido intento de suicidio. Esta persona, hace cuatro años había sido víctima de una herida de arma de fuego en la columna vertebral. A partir de ese hecho, quedó en silla de ruedas, sin ningún tipo de sensibilidad desde la cintura hasta los pies.
Un equipo de urólogos y cirujanos plásticos de ese hospital recibieron los genitales amputados en una bolsa de nylon de manos de uno de los cinco hijos del paciente y, en una compleja intervención, realizaron la anastomosis o “reconexión” de los vasos sanguíneos (venas y arterias), nervios, tejidos y piel con la ayuda de microscopios. Tras la operación, Salud informó que el hombre evolucionaba favorablemente.
“Aparentemente atravesaba un profundo cuadro depresivo que lo llevaba a pensar todo el tiempo en ideas suicidas”, explicó la directora del hospital, Susana Gómez.
El cirujano Ezequiel Escudero, quien encabezó la operación, detalló que en los genitales, tanto las venas como las arterias, son extremadamente pequeñas, de dos milímetros de circunferencia como máximo. “Realizamos el procedimiento de anastomosis en una decena de venas y arterias con la ayuda de un microscopio, porque se trata de vasos sanguíneos milimétricos”, detalló el especialista. Además, tuvieron que hacer la “reconexión” de la uretra para reanudar la función urinaria.
El caso ingresó al hospital Alende minutos después de que llegara al lugar el ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia, que visitaba el hospital con motivo del inicio de obras de infraestructura en el edificio. Al enterarse de la intervención felicitó al equipo médico que “una vez más, mostró idoneidad y pericia para encarar cuadros realmente complejos”, expresó.
Collia recordó que en el último mes y medio “ese mismo equipo quirúrgico realizó otros dos reimplantes: el primero a una embarazada que había perdido la mano y, el segundo, a otra mujer que sufrió la amputación de un brazo”. Las dos sufrieron sendas amputaciones al utilizar una secadora industrial en sus lugares de trabajo.
A la cabeza de la cirugía estuvo Escudero, acompañado por los cirujanos Ludmila Grassano y Nicolás Menéndez; la anestesióloga Miriam Assuero, los instrumentadores quirúrgicos Natalia Surita, Nicolás Bilotta y Silvina Plagemann y la técnica en anestesia Belén Mosqueira.
El paciente permanecerá internado y supervisado por los médicos para comprobar que la cirugía cumpla con los objetivos esperados. Además se le ofrecerá ayuda y contención psicológica tanto a él como a sus familiares.