Política

Urribarri y una campaña que no enamora a nadie

Letra P.- El Gobernador entrerriano tiene muchos problemas para darle fuerza a su cruzada presidencial. A pesar de las fotos con algunos dirigentes oficialistas, perdió el apoyo de La Cámpora para ser el elegido de los kirchneristas “puros”.

Sergio Urribarri sabe que algo perdió. Lanzado a instalarse como el candidato ideal para suceder a Cristina Fernández de Kirchner, día a día, se aleja en los números de los principales candidatos que tiene el Frente para la Victoria (FpV).  Y el terreno  no se  recupera.

 

 

Con nulo impacto, se saca fotos en Capital Federal, o algunas ciudades periféricas, para demostrar que sigue con vida política, aunque en los reductos K admiten que su futuro dejó de ser prometedor.

 

Luego de aquel lanzamiento en Ferro –en el que el Ministro de Planificación estuvo presente– donde convocó a unos pocos militantes, el impulso comenzó a esfumarse y casi desapareció. Es que según cuentan desde Paraná, el Pato sintió el golpe del alejamiento de la “guardia de honor” presidencial. “Siente que La Cámpora no le da el lugar de antes”, le dijo un dirigente entrerriano a este portal.

 

Tozudo, y sin convencerse de que transita un camino tumultuoso, convocó al zigzagueante intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; al de Berazategui, Juan Patricio Mussi; el titular del PJ capitalino, Víctor San María; el ministro de Trabajo, Carlos Tomada y al líder del gremio de Taxistas, Omar Viviani, para demostrar vida. Sonriente, les agradeció el gesto en el pequeño bunker del Movimiento Sindical Urribarri Presidente que inauguró en San Telmo.

 

“En esta casa vamos a promover nuestra candidatura pero fundamentalmente dar a conocer todas las cosas que hicimos en Entre Ríos para transformarla, y lo que podemos hacer desde el 2015 para seguir construyendo la nueva Argentina”, dijo Urribarri por las redes sociales.

 

Pero los que aceptaron su invitación, saben que los números no le dan. De la forma que explicara Letra P, Daniel Scioli y Florencio Randazzo, se alejan del resto de los presidenciables.

 

El factor camporista

 

Con el acercamiento oficializado, Scioli le sacó varios cuerpos de ventaja. Es que el encuentro en Lanús con Julián Álvarez, que desató una estruendosa disputa local, expuso la estrategia de la agrupación más kirchnerista de todas: consolidar lazos con el mandatario bonaerense, hoy a la cabeza en el FpV.

 

Desde que Eduardo “Wado” de Pedro, y José Ottavis, se pusieron como objetivo esa tarea, a Urri (como le dicen sus militantes y allegados) se le complicó la campaña. Hasta decidió cambiar el jefe de la misma, con la convocatoria del todoterreno Duda Mendonça. Mientras tanto, su asesor de comunicación, Javier “Profe” Romero poco lo favorece desde su web, y nunca logró instalar esa imagen que rompa con la bipolaridad oficial (Scioli-Randazzo) que sigue firme.

 

Como lo demostró con sus giras por La Rioja o Catamarca a mediados de año, o la de Rosario en las últimas horas, Urribarri sabe que todo depende de él, porque en la campaña esta cada vez más solo.

 

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