Santiago Barrios encontró la cinta en el Mercado de Pulgas, Mariano Germán Flores editó el material y lo subió a Internet, Matías Kirschenbaum difundió el link de la grabación, el ilustrador Javier “El Niño” Rodríguez propuso hacer un cortometraje y Andrea Carballo se puso en el rol de María Teresa.
Ni una sola palabra de amor, dura ocho minutos y se realizó a partir de esa cinta encontrada dentro de un contestador automático. Usuarios de redes sociales se percataron del corto y, desde el primero de agosto, no dejaron de compartir el drama real que representa la historia de María Teresa, cansada de que Enrique no conteste sus llamadas.
Con la cámara fija, que a su vez funciona como contestador, el corto refleja la ansiedad y el enojo de la protagonista por escuchar la voz del otro lado del teléfono.
El primer fin de semana, el video fue visto por 20.000 personas y hasta el cineasta argentino Juan José Campanella lo difundió a través de su cuenta oficial de Twitter, donde escribió: “Qué placer da poder difundir una joya. Qué buena idea, qué bien dirigido, qué buena actriz”.
El corto llegó a Internet luego de una larga recorrida por festivales, con premios en España, Italia, Bélgica, Alemania, México, Brasil y Colombia.
A veces la ficción supera a la realidad, otras veces la copia. Con Ni una sola palabra de amor, muchos y -sobre todo- muchas, pudieron identificarse.