La titular de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, aseguró que a partir de la muerte del dictador Videla “un ser despreciable ha dejado este mundo” y recordó que el genocida nunca se “arrepintió” de los crímenes cometidos durante ese época.
“La historia seguramente considerará el genocidio que hemos sufrido los argentinos, el oprobio de una dictadura cívico-militar como la que él encabezó, de la que no se arrepintió y de la que, incluso, hizo declaraciones tardías para reivindicar todos sus delitos”, dijo la dirigente.
La integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, afirmó sobre el fallecimiento del represor que “se mueren los genocidas y no se van abriendo los archivos”. “Queremos que se abran, que salga a la luz, que no se mueran llevándose el secreto, pero se murió en una cárcel común, lo que muestra que se va terminando la impunidad”, destacó.
Por su parte, el secretario general de Kolina, Andrés La Blunda, nieto recuperado y militante de los DDHH sostuvo que “el principal genocida, que sentó las bases del neoliberalismo en nuestro país, se fue con valiosa información para todos los argentinos, pero se va sin impunidad social. El Estado democrático de justicia y verdad lo puso en la cárcel. Gracias Néstor y Cristina, gracias Madres y Abuelas”.
Victoria Montenegro, secretaria de DDHH de Kolina, hija de desaparecidos y nieta recuperada, aseguró que el dictador fue el “personaje que diseñó el destino” para su “papá y decenas de miles de desaparecidos. “Es importante como argentina saber que hay Justicia y que todos tienen sus garantías”, dijo.
“Da paz que haya Justicia en Argentina y que todos tengan las garantías que nuestros padres no tuvieron, porque muestra cómo crecimos en Argentina”, consignó Victoria, que recordó que “son 400 los nietos que aún falta encontrar”.
El Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, se refirió a la muerte del represor y afirmó: “no celebro la muerte de nadie, sí consagro una Argentina que ha sabido conseguir justicia”.
En ese sentido, Guido Carlotto, secretario de Derechos Humanos de la Provincia, destacó que “cuando estudien la vida de Videla van a saber dónde murió: en una cárcel pagando por las atrocidades que hizo”.
Por su parte, el diputado radical Ricardo Gil Lavedra sostuvo que “la democracia le dio el derecho a defenderse en juicio, que él no le dio a miles de argentinos asesinados y desaparecidos. Fue el responsable de un plan sistemático de exterminio y un genocida. Que haya muerto en prisión es un logro de la democracia”.
Del mismo modo, el gobernador Daniel Scioli dijo que Videla representó “el símbolo de la dictadura, del terrorismo de Estado, de años trágicos para la Argentina desde el punto de vista humanitario por los desaparecidos, por lo institucional, económico y social”. Y el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, señaló que el genocida “murió juzgado, condenado y encarcelado por un gobierno democrático, viendo el renacer de la militancia que quiso exterminar”. “En la historia argentina quedará marcado para siempre que en esta década ganada la justicia les llegó a los que derramaron sangre inocente e hipotecaron los destinos del país”, sostuvo.