“Después de la elección legislativa estamos más unidos que nunca”, dijo el ex motonauta este martes tratando de calmar las aguas, fiel a su estilo, mientras el jefe comunal y el vicegobernador Gabriel Mariotto se dicen de todo abiertamente por los medios.
El lunes, Mariotto condujo su programa radial en AM Provincia y más allá de su análisis al micrófono, quienes lo vieron aseguran que lo notaron desahuciado, visiblemente enojado por el resultado de los comicios y con bronca por el accionar en la campaña.
“Fue una campaña muy vacía de contenido en donde se apeló más a slogans casi personales y no se puso en palabras ni los 10 años de transformación ni hacia dónde vamos”, disparó el segundo de Scioli.
“Es necesario decir que se perdió porque no se puede reconstruir lo que se niega”, analizó con tono autocrítico, bajando un poco más a la realidad, para concluir que “el pueblo nos ha puesto una luz amarilla”.
“Soy intendente y recorro todos los días las calles. No sé cómo puede escuchar (Gabriel) Mariotto a los vecinos si no puede salir a la calle”, dijo Insaurralde a La Nación, sacando a la luz el malestar interno que se intentó disimular con un insólito show alegre en el búnker K el domingo a la noche. “Es el dirigente con peor imagen de la provincia de Buenos Aires”, agregó quien obtuvo un 32% de los votos, 11 puntos por debajo de Massa.
Inmediatamente, la agencia mariottista Agepeba publicó una nota a la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien se encargó de destrozar a Insaurralde con una ironía: “cuando era chiquita existía un cuento en el que una bruja le preguntaba a un espejo encantado quién era la más bonita, y el espejo, por temor a romperse, le contestaba lo que quería escuchar”. Así, explicó que citó a Blancanieves porque “a Insaurralde le pasa lo mismo, sólo sabe mirarse en el espejo y pensar en él, pero hay que ver en qué espejo se mira”.
La interna dentro del Frente para la Victoria con foco en Lomas de Zamora estalló horas después de conocidos los resultados, y tiene como protagonista a Mariotto -enfrentado históricamente con Insaurralde en el pago chico-, hoy dispuesto a volver a las primeras planas, en el medio de la derrota y el discurso conciliador del Gobernador, que al igual que en la insólita conferencia post elecciones en el búnker, se intenta disimular.