Sociedad

Tiempos de luces para el deporte argentino

Por: Marcial Cabello (*)

A la mitad de los Juegos Olímpicos algunos agoreros ya hablaban del fracaso argentino. La mayoría de esos son aquellos que pareciera que esperan que a la Argentina le vaya mal hasta en el deporte.

 

También se puede analizar desde una cuestión cultural que nos lleva a determinar los éxitos y los fracasos de acuerdo a la cantidad de medallas obtenidas. Análisis mediocre si los hay.

 

Por suerte, mejor dicho por trabajo y dedicación, la mano fue cambiando con el correr de los días y los logros fueron llegando.

 

Posiblemente hayan faltado 2 medallas de acuerdo a lo previsto, una de la Generación Dorada y la otra de Paula Pareto. Pero no estaban obligados a traer una presea ni mucho menos.

 

Hubo un total de 14 distinciones: 4 medallas y 10 diplomas; se clasificó por primera vez en 25 disciplinas deportivas nuevas; se obtuvo una medalla dorada en una disciplina individual luego de 64 años y se sostuvieron resultados conseguidos en años anteriores.

 

Esto se posibilita porque hay una inversión del Estado y una política deportiva que se viene sosteniendo en estos nueve años.

 

La creación del Enard, hace un poco más de 2 años, recién podrá determinar su real valor en Río de Janeiro 2016. Esto no es solo soplar y hacer botella, es un trabajo organizado sobre bases sólidas.

 

El Enard contribuye con la suma de 15 millones de pesos por mes de presupuesto y el 60 % del total está destinado a becas para los deportistas.

 

Más allá de este crecimiento notorio que de apoco se va reflejando, habrá que ver la posibilidad de crear más Centros de Alto Rendimiento Deportivos, en eso andan Misiones y Rosario, entre otros. Eso sería altamente positivo ya que aquellos grandes valores que se encuentran en los distintos rincones de nuestro territorio no tienen la obligación de venir solamente al Cenard como única alternativa. Lo ideal sería que cada provincia de nuestro país pudiera tener su Centro de Alto Rendimiento.

 

También será fundamental para seguir creciendo y para que el deporte sea lo más inclusivo posible, una política deportiva activa dentro de los establecimientos educativos. La misma educación física escolar debiera poder detectar talentos y seguir fomentando la participación de los jóvenes para que cada año los juegos nacionales o provinciales alberguen más cantidad de chicos y más disciplinas deportivas.

 

Hay una gran cantidad de deportistas con una edad favorable para su crecimiento, tal son los casos como el de Braian Toledo con tan solo 18 años y el de la gimnasta Valeria Pereyra con 16, entre otros.

 

El deporte de elite está siendo valorado como pocas veces se ha visto. Una vez alcanzado los objetivos, eso deberá empezar a decantar hacia abajo para que los que vienen detrás tengan las mismas o mejores condiciones.

 

El futuro es por demás alentador. Allá vamos, Río 2016!

 

(*) Pte. Red del Deporte

 

Marcial Cabello – @marcialcabello

 

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