Sociedad

Emotivo adiós a Verón en su último partido en La Plata

Tras la victoria de Estudiantes sobre Olimpo, la Bruja, ovacionado por el público pincharrata, se despidió de su gente con una gran emoción; su último partido como profesional será en la última fecha ante Unión. Su carrera deportiva.


El partido quedó en un segundo plano. El choque entre Estudiantes y Olimpo, en La Plata, fue simplemente la mejor excusa para despedir a un verdadero ídolo de la historia pincharrata. Con un estadio Unico colmado por miles de hinchas que se acercaron a despedir su gran referente, Juan Sebastián Verón, con una emoción indisimulable, se despidió de su gente tras la victoria del León sobre el conjunto bahiense por 1-0.
Sin dudas que la noche fue pura y exclusivamente de la Bruja. Cada pelota que pasaba por sus pies despertó la ovación desenfrenable de los miles de simpatizantes pincharratas. A tan sólo cinco minutos del epílogo, Martín Zucarelli, técnico de Estudiantes, mandó a la cancha al chico Correa, y en su lugar se retiró el gran homenajeado. Instantáneamente la cancha se vino abajo. La ovación se prolongó durante minutos y los pocos minutos del final ya era historia. Todos los focos estaban centrados en el banco de suplentes, donde Verón se refugió, al borde del llanto.
“Son muchos recuerdos, yo nací en este club. Cuando salí de la cancha pensé en mi vieja (mi madre), mi viejo (mi padre), mis abuelos, mis tíos, en toda mi familia. Mi señora, mis hijos, realmente en todos. Es bueno emocionarse por estas cosas”, reconoció la Bruja, segundos después de ser reemplazado.
Tras el triunfo del Léon sobre Olimpo, llegó el momento de la fiesta. Para hacerle honor a su apodo, una “bruja” en una escoba descendió desde el techo del estadio con la Copa Intercontinental y una camiseta firmada por todos sus compañeros, para obsequiarle al gran capitán.
Luego tomaron parte de la escena los afectos. Sus seres queridos, colegas y referentes del club de sus amores se acercaron a la mitad de la cancha para reconocerlo en su gran noche.

 

Su carrera

 

Hijo de un símbolo de Estudiantes, Juan Ramón ‘la Bruja’ Verón, del que heredó el apodo y la pasión por el ‘León’ de La Plata, la Brujita se encargó de superar lo hecho por su padre, hasta ser reconocido como uno de los mejores jugadores de América en la última década.
Verón había postergado su retiro por pedido de los hinchas y de sus propios compañeros, pero una serie de lesiones le impidieron brillar en los últimos meses, e incluso debió faltar a la mayoría de los partidos de Estudiantes, que pareció sentir su ausencia y tuvo una campaña apenas discreta.
Los comienzos de Verón fueron en 1994, cuando el equipo de sus afectos atravesaba un mal momento y había descendido a la segunda división. ‘La Brujita’ pronto se proyectaría como un volante organizador de gran habilidad, capacidad para entender y manejar el juego, y dueño de una fantástica pegada.
Tras devolver a Estudiantes a primera división tuvo un fugaz paso por Boca Juniors, donde compartió plantel con Diego Maradona, para luego emigrar a Europa, con cinco temporadas en el ‘calcio’ italiano, donde desfiló por Sampdoria, Parma y Lazio, con el que conquistó la Liga, la Copa de Italia y la Supercopa de ese país.
Verón se mudó en 2001 al poderoso Manchester United inglés, con el que obtuvo una Liga Premier, y luego de apenas siete partidos en el Chelsea, regresó a Italia para ser parte del Inter de Milan, donde obtuvo otros cinco títulos.
Pero luego de una década en Europa, que podía haber prolongado, regresó a Estudiantes y lo hizo de la mejor manera, al ser estandarte del equipo que le arrebató el título del Apertura 2006 a Boca, para luego llegar a la final de la Copa Sudamericana-2008.
El momento más feliz lo vivió cuando fue artífice del Estudiantes campeón de la Copa Libertadores de América 2009, y estuvo a punto de consagrarse campeón del Mundial de Clubes, en Dubai, tras perder ajustadamente y en tiempo suplementario (2-1) contra el poderoso Barcelona, luego de estar 1-0 hasta cerca del final.
Por la selección argentina, disputó los mundiales de Francia-1998, Corea del Sur y Japón 2002 y Sudáfrica 2010, en una campaña que incluyó altibajos, ya que fue denostado luego de jugar muy mal en la cita asiática, pero con el tiempo regresó y con buenos rendimientos recompuso su relación con los hinchas.
En el plano individual, fue elegido mejor jugador de la Copa Libertadores en 2009 y obtuvo el Balón de Plata del Mundial de Clubes de ese mismo año, además de recibir el premio al mejor futbolista de América en 2008 en la tradicional encuesta realizada por el diario uruguayo El País.

 

Fuentes: Cancha Llena, AFP, foto: Baires

 

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