El mandatario francés, que según los sondeos perderá ante el socialista François Hollande por cerca de 11 puntos en la segunda vuelta del 6 de mayo, escogió un suburbio de París para realizar su último discurso. Prometió reducir a la mitad la inmigración, reformar el plan de desempleo de Francia y presionar a la Unión Europea para imponer condiciones comerciales más duras con las naciones emergentes.
Sarkozy, no perdió el tiempo y atacó a sus opositores y a la llamada “izquierda caviar” parisina, a quienes acusó de juzgar el resultado de las elecciones antes de que las personas hayan emitidos sus votos.
“[Estas elecciones] enseñarán a todas esas personas una lección que nunca antes les habían enseñado”, dijo ante unos 500 seguidores.
Electo en el 2007 con el 53% de los votos contra la socialista Ségolène Royal, el actual mandatario entra en el último tramo de su mandato con un índice de aprobación de sólo 33% y con los peores resultados en los sondeos de opinión que haya tenido un presidente francés en muchos años.