La presidenta del Concejo Municipal de Rosario, María Eugenia Schmuck, comenzó a darle combustible a su protagonismo por fuera de su labor como coordinadora del cuerpo legislativo. Con diversas recorridas, incluso fuera de la ciudad, alimenta la agenda pública del oficialismo de Pablo Javkin y también su propia imagen, por más que no haya certezas electorales sobre 2025.
La cuestión es mostrarse activa y no dormir en los laureles en una presidencia, la del Concejo, que se caracteriza por deglutir vigencia política y cortar alas a quienes se desempeñan en el cargo sin aspiraciones. Lejos de esto, la radical progresista impulsa la agenda institucional de su cargo, pero también la de la gestión de Javkin, a la que no le viene nada mal la promoción.
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En la semana última recorrió un club de barrio, un nuevo centro de salud, un jardín de infantes y tuvo un viaje peculiar a Vicente López, donde gobierna el PRO de Soledad Martínez. Allí se interiorizó en el funcionamiento de la Central de Monitoreo que es pionera en el uso de la inteligencia artificial aplicada a la seguridad. La acompañó el presidente del bloque oficialista en el Concejo, Fabrizio Fiatti, quien trabaja la temática en la comisión de Control.
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Pablo Javkin junto a su socia política, la presidenta del Concejo María Eugenia Schmuck. // Foto: Municipalidad de Rosario / Silvio Moriconi
En rigor, es un tema que trasciende la disposición legislativa y encuentra centralidad en la gestión ejecutiva. Allí estaba la presidenta del Concejo “compartiendo la experiencia para fortalecer las gestiones locales”.
Siempre los movimientos de alguien con trayectoria como Schmuck sugiere intenciones políticas de fondo, en este caso parece difícil disociarla a su aspiración personal de ser intendenta. El sueño probablemente esté intacto, aunque le haya tocado esperar el segundo tiempo de Javkin, su socio político. Para esa jugada debería esperar hasta 2027, y antes está 2025.
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María Eugenia Schmuck camina
Por ahora en Arriba Rosario, el espacio que nuclea al radicalismo de Schmuck y a Creo, el sello de Javkin, descartan que estas recorridas y actividades respondan a una intencionalidad electoral, por más que sea una de las pocas cartas del oficialismo para sacar a la cancha llegado el momento. Pero por las dudas camina.
Hay varias cuestiones a analizar. Por un lado hace muchos años está en el Concejo, una condición que de por sí pone techo aunque otorgue visibilidad. Sin embargo, acaba de asumir un nuevo mandato ganando las elecciones como la más votada de la ciudad. Al oficialismo siempre le costaron las elecciones de medio término, pero como fuerza gobernante está obligada a competir no solo por los escaños en el recinto local, sino también hacer fuerza en Unidos para la lista a Diputados.