Durante 45 minutos, el Presidente y el papa hablaron de la crisis global. Regalos con mensaje. Incomodidad oficial por la audiencia con el arzobispo porteño.
El papa León XIV y el presidente Javier Milei
Vatican Media Javier Milei y Karina Milei intercambian obsequios con el papa León XIV
Vatican MediaJavier Milei se reunió durante 45 minutos con León XIV. Hablaron de pobreza, cohesión social y conflictos globales, y el pontífice confirmó que visitará Argentina. La coincidencia de fecha con una audiencia del papa con el arzobispo porteño Jorge García Cuerva, crítico del Gobierno, dejó un mensaje político que incomodó a la comitiva presidencial.
El encuentro entre Milei y León XIV comenzó a las 3.51 (hora argentina) y se extendió hasta las 4.36. Fue en la Biblioteca Apostólica del Vaticano y en un clima que voceros oficiales describieron como “muy bueno y cordial”.
A la reunión principal le siguieron encuentros protocolares con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y el subsecretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Miroslaw Wachowski.
En un comunicado, la Oficina de Prensa de la Santa Sede destacó “el aprecio mutuo por las sólidas relaciones bilaterales” y la voluntad de “reforzarlas”. Una frase diplomática que, sin embargo, adquiere otra resonancia en medio de las tensiones con sectores de la Iglesia argentina.
En el tradicional intercambio de obsequios, Milei entregó un poncho de vicuña confeccionado por artesanos de Catamarca, evocando una antigua visita pastoral de Robert Prevost hizo a esa provincia cuando todavía no era papa.
Milei también le regaló dos libros de Jesús Huerta de Soto, economista anarcocapitalista que inspira la visión ultraliberal del mandatario. Una elección nada inocente: Milei citó en varias ocasiones al pensador español como una de sus influencias teóricas principales.
León XIV, en tanto, respondió con un mosaico con la imagen de la Basílica de San Pedro, obsequio habitual de las audiencias papales.
Pero el mayor gesto llegó al final del encuentro: el papa confirmó su voluntad de visitar la Argentina. Aunque sin fecha precisa, la promesa implica un cambio de clima luego de años de desencuentros entre el Vaticano y la política local.
Lo que en otro contexto habría sido apenas una anécdota protocolar se transformó en un hecho político: en la misma jornada de la reunión con Milei, el pontífice recibió en audiencia por separado a García Cuerva, segundo sucesor de Jorge Bergoglio en Buenos Aires.
Todavía resuena en los oídos del Presidente y demás autoridades políticas el duro mensaje en el tedeum patrio por el 25 de mayo, en el que García Cuerva advirtió sobre una sociedad que describió herida por el odio y la fraternidad "perdida", criticó la "naturalización de la exclusión" y llamó al Gobierno a no olvidad a los más pobres.
La coincidencia de ambas reuniones no pasó inadvertida. En sectores eclesiásticos se leyó como un gesto de equilibrio del papa frente a un oficialismo que aún observa con recelo a parte de la Iglesia local.
En el entorno presidencial, en cambio, se buscó minimizar la coincidencia y subrayar la “excelente sintonía” del encuentro de León XIV con Milei.
León XIV, el primer papa estadounidense con nacionalidad peruana, sucedió a Francisco tras su fallecimiento en abril. Aunque Milei estuvo presente en el funeral, decidió no asistir a la misa de inicio del nuevo pontificado para priorizar las elecciones legislativas porteñas, delegando esta función en el canciller Gerardo Werthein y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
Aun así, saludó su elección con entusiasmo, con un mensaje en redes donde deseaba que defendiera “la vida, la libertad y la propiedad privada”.
Este cara a cara fue el primer paso formal en una relación que, como la que Milei tuvo con Francisco, podría oscilar entre la diplomacia y la tensión.
El contexto es sensible: con la economía en crisis, el Gobierno busca ganar legitimidad internacional y reconstruir puentes con sectores -como la Iglesia- que hasta hace poco eran blanco de sus críticas.
Además de los temas sociales, se abordaron cuestiones geopolíticas. El Vaticano transmitió su preocupación por los conflictos armados vigentes y subrayó la necesidad de un compromiso urgente por la paz, una línea que el nuevo papa viene marcando desde su asunción.
Del lado argentino, acompañaron al Presidente su hermana Karina Milei, el vocero presidencial Manuel Adorni y el embajador argentino ante la Santa Sede, Luis Beltramino.
El gesto más resonante, sin embargo, no fue verbal: fue la promesa de una visita papal al país, que abre una puerta para recomponer la relación de la Iglesia con el poder político, en tiempos en que la espiritualidad y la diplomacia se cruzan con la crisis social.
"El papa León XIV le confirmó al Presidente de la Nación durante el encuentro que mantuvieron hace unos instantes que visitará la Argentina. Fin", escribió Adorni en la red social X.