El cacique de San Miguel es un duro de la mano dura, miembro del Opus Dei y feroz cruzado antiaborto. Del FpV a LLA, paró en todas. Ahora ficha en el centro.
En el centro, Joaquín de la Torre, socio de Facundo Manes y Juan Schiaretti en una propuesta de centro moderado, pero bien flexible.
La sospecha de que en la Argentina polarizada el centro jamás podrá ser un espacio amplio tambalea ante la última pirueta de Joaquín de la Torre, el movedizo cacique de San Miguel que pavimenta un carril de ultraderecha y hace anchísima la versión 2025 de la avenida del medio, que este jueves lanzaban Facundo Manes y Juan Schiaretti.
Como anticipó Letra P, al cierre de esta nota no estaba confirmada su presencia en el acto que se estelarizarían en La Plata el diputado radical disidente y el exgobernador de Córdoba. Con todo, es un hecho que el ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires en la gestión que encabezó la macrista María Eugenia Vidal sumará sus porotos a la construcción que pretende meter una cuña entre el peronismo y La Libertad Avanza.
Tres veces intendente de San Miguel, el distrito del oeste del conurbano que sigue controlando como un feudo, ahora por medio de Jaime Méndez, su sucesor designado, De la Torre ha demostrado flexibilidad de gimnasta en el slalom de sus pertenencias partidarias: pasó por el kirchnerista Frente para la Victoria, por el massista Frente Renovador y por el macrista Cambiemos. En 2024 se sumó al gobierno de Javier Milei a través de su hermano Pablo, que tuvo un paso fugaz por el Ministerio de Capital Humano, de donde salió embarrado por el escándalo de los alimentos encanutados por Sandra Pettovello.
Eso sí: nadie podrá jamás imputarle el pecado del transfuguismo ideológico: ninguna de esas filiaciones partidarias pudo limar un ápice su perfil de duro entre los duros de la derecha dura.
Miembro del Opus Dei (en San Miguel está una de las "casas" más importantes de la orden ultraconservadora que la Justicia investiga por trata de personas y explotación laboral a partir de una investigación de la periodista argentina Paula Bistagnino), De la Torre convirtió a su distrito en el principal fuerte de resistencia contra el aborto legal y la Educación Sexual Integral (ESI).
En 2022 se anotó en la carrera por la gobernación bonaerense como abanderado de la mano durísima (vendía el "Modelo San Miguel"), pero no le dio la nafta ni para llegar a la grilla de largada.
¿De la Torre traicionará finalmente sus convicciones, esas que han salido ilesas de los barquinazos partidarios que ha dado en las últimas dos décadas?
¿Viene suavizando sus posiciones para encajar en el perfil de centro moderado que Manes y Schiaretti pretenden ofrecerle al electorado como alternativa a los extremos dominantes encarnados por Milei y Cristina Fernández de Kirchner?
A juzgar sus últimos pronunciamientos publicados en Twitter, el hombre está dispuesto a morir con las botas puestas.
El 15 de mayo, la emprendió contra las "políticas de control de la natalidad" que "buscaron destruir a las familias y a nuestro país" y llamó a "cuidar a las madres embarazadas y defender al niño por nacer". Con la cara pintada en su cruzada antiaborto, el 25 de marzo jugó con la cifra emblemática de la lucha por juicio y castigo a los responsables de los crímenes de la dictadura y, para conmemorar el "Día del niño por nacer", advirtió: "Ya fueron más de 30.000 y seguro todos son inocentes".
El 26 de febrero, responsabilizó al "progresismo" y al "gobernador progresista" (por Axel Kicillof) de la muerte de Kim Gómez, la nena de siete años asesinada por delincuentes en La Plata. Se sabe: el "progresismo" es uno de los villanos favoritos de las nuevas derechas extremas que han ganado terreno y poder en América y Europa en la última década, con Milei como representante local y Donald Trump como líder supremo.
De la Torre celebró los logros del presidente arentino el 17 de febrero.
El 20 de enero, día del recambio institucional en Estados Unidos, había festejado el regreso de Trump a la Casa Blanca con un mensaje cargado de negacionismo sanitario, uno de los pilares de la narrativa ultraderechista de moda.
El 22 de diciembre, rindió homenaje al filósofo Carlos Sacheri, destacado pensador de la derecha católica asesinado por el ERP en 1974.
En un acto por el 50 aniversario del atentado, reivindicaron su figura el carapintada Juan José Gómez Centurión y el excoronel del Ejército Andrés Fernández Cendoya, fervoroso negacionista que, en un video emotivo filmado ese día aseguró: "Tenemos cientos de militares, policías, penitenciarios y civiles presos por las mentiras de estos terroristas".
Si esta no es una avenida del medio ancha, ¿las avenidas del medio anchas dónde están?