SANTA FE (Corresponsalía) La interna en la Unión Tranviaria Automotor (UTA) está que arde. El boleto de la buena relación entre la UTA nacional y la Seccional Santa Fe está picado. La decisión del secretario general santafesino, Osvaldo Agrafogo, alias Lele, de pegar el salto y jugar con una lista opositora en las próximas elecciones nacionales generó un estallido sindical. Pases de factura, intervención, amparos y denuncias son algunos de los capítulos de esta historia de poder que aún no tiene un final anunciado.
Agrafogo, histórico dirigente de la UTA Santa Fe, tomó la decisión de formar parte de la Lista Azul. Acompañará como candidato a secretario adjunto a Miguel Bustinduy, que encabezará la nómina. Enfrente estará el oficialista Roberto Fernández, de la Lista Celeste y Blanco. En la base sindical de la capital santafesina juran y perjuran que alejarse del oficialismo fue el efecto mariposa que desencadenó un tenso cruce con la conducción nacional.
“Inventaron cosas para usar la represalia de intervenir el gremio porque Agrafogo va a ser candidato en una lista opositora; ese es el verdadero motivo”, le dijo a Letra P una fuente de UTA santafesina. A nivel nacional aseguran que la intervención realizada en agosto no tiene nada que ver con una cuestión electoral. Justifican el accionar por la existencia de despidos en Santa Fe, la “realización de gastos millonarios no autorizados, un mecanismo de triangulación o confusión de gastos, cuentas y aportes de los trabajadores a la entidad sindical, la obra social y una mutual”.
Agrafogo activó los carriles judiciales y el escenario dio un giro cuando le aceptaron una medida cautelar que echó por tierra la intervención nacional y la dirigencia local pudo recuperar los espacios de la Junta Ejecutiva Provincial y la toma de los edificios. “Se hizo una auditoría correspondiente y por eso salió una cautelar a nuestro favor”, justifican en la capital santafesina. El 6 de septiembre, "volvió todo a la normalidad”.
A nivel nacional no cayó nada bien la noticia. Para graficar la situación, indicaron en un comunicado que fueron víctimas de la “violencia” y les “han tomado, despojado y usurpado por la fuerza la sede sindical y la destinada a la obra social en un nuevo hecho que recuerda los momentos más tristes de la historia reciente de la UTA”. Se prometen denuncias y demandas judiciales por lo ocurrido. Sigue todo picado.
En esta trama de poder, cada cual se sube a su línea y arma su recorrido. UTA Santa Fe se corta de la Nación, arma lista opositora y acusa que la intervención tiene motivos electorales. A nivel nacional usaron el poder de intervenir jugando la carta de malversación de fondos. Posturas encontradas y choque de argumentos escriben una historia que sigue abierta . ¿Próxima parada? Las elecciones a nivel nacional.