LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) El portazo de la diputada albertista Débora Indarte al bloque del Frente de Todos (FdT) sacudió el espectro oficialista en la Cámara baja bonaerense en un contexto de persistente tensión intestina en la alianza gobernante. Más allá de los argumentos que fundan la decisión, relativos al nulo avance de sus proyectos presentados, la salida de la legisladora guarda una relación directa con las tensiones de larga data entre el kirchnerismo marplatense referenciado en la figura de Fernanda Raverta y el sector que encabeza el exdiputado Rodolfo Manino Iriart, esposo de Indarte, resquemores que recrudecieron con la elección que dirimió la conducción del PJ de General Pueyrredón y que asoman con proyectarse en la pelea de 2023.
Dirigentes del armado que nuclea a Indarte señalaron a Letra P el malestar que tienen con el gobernador Axel Kicillof, quien, consideran, “hizo campaña” en Mar del Plata por la lista bendecida por La Cámpora, nómina que resultó ganadora con Eduardo Coppola al frente. El dirigente de Luz y Fuerza se impuso 58 a 42 ante Juan Manuel Rapacioli, a quien desbancó así de la presidencia del partido.
En ese marco, los reclamos públicos por “un PJ abierto y participativo” realizados por Indarte se enlazan con los cuestionamientos reiterados que desde ese sector vienen marcando desde hace tiempo apuntando a una mecánica “cerrada” de construcción camporista. “Es importante que se respete la voluntad de ese 42% que nos votó y estamos dispuestos a defenderlo”, expresó Iriart en un comunicado post electoral, donde enfatizó que su espacio enfrentó “a un aparato con recursos enormes, cargos y estructuras de poder”.
Voces del ala kirchnerista en el distrito refutan esas acusaciones y recalcan que el espacio viene integrando a una variopinta cantidad de sectores, con expectativas de engrosar el armado. Este lunes por la tarde se efectivizó el pase de mando, foto mediante entre integrantes de ambas listas. Ese signo de unidad fue ponderado por voces del camporismo marplatense que apuestan por avanzar en una construcción que, además del arco gremial y de movimientos sociales con los que ya venían trabajando, incluya “al 80% de la otra lista”. Es de suponer que en el 20% restante ven aislados a Iriart, Indarte y su mesa chica.
En cuanto al portazo de la diputada, voces del kirchnerismo local enfatizan que la maniobra no tiene que ver con las tensiones macro y la encorsetan en reclamos por mayor protagonismo, lugares y recursos, todo en un combo donde detectan la intención de que Indarte logre renovar su mandato el próximo año.
También estiman que, con este ruido, Manino Iriart busca hacer su juego de cara a 2023 en una escena política marplatense donde el grueso del armado del FdT trabaja por la candidatura a la intendencia de Raverta. Amén de eso, aseguran que están dispuestos a dirimir postulaciones en internas: “Preferimos la competencia”, exaltan. Aunque allí tampoco avizoran demasiadas chances de que se pueda hacer un hueco Iriart.
Así dadas las cosas, desestiman que la ruptura de Indarte haga demasiadas olas en la arena local, con un bloque del FdT compacto bajo la referencia de la titular de Anses e integrando en la lista ganadora del PJ a extracciones no kirchneristas como el Movimiento Evita, la CGT y la UOCRA, entre otros.
Del otro lado, focalizan el malestar con el oficialismo provincial por lo que consideran que fue un deliberado respaldo a la lista de Coppola. El acento en “la estructura” contra la que compitieron lo ponen para exaltar el caudal de votos cosechado, a pesar de la caída. “Ellos están tratando de explicar cómo sacamos el 42%”, deslizó una voz de la lista derrotada que endilga en las filas de Raverta cálculos previos de un triunfo más holgado del que finalmente fue. Aunque afirman que mantendrán los pies en el plato del FdT, adelantan que “ya se trabaja” para una precandidatura del director del Correo Argentino y que, mientras tanto, serán “una minoría intensa” en el PJ local.
Por lo pronto, Rapacioli, a pesar de ponderar el traspaso y felicitar “al 100% de las y los peronistas” que votaron el 27 de marzo, en las últimas horas salió al cruce de las declaraciones periodísticas que marcaban que el titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, había llamado al pleno de quienes protagonizaron internas: “Máximo Kirchner no ha realizado ningún llamado, tanto sea a quien esto firma como a ningún compañero o compañera cercanos, ni a ningún otro representante de nuestra lista. Sería bueno que desde el sector político que tanto pregona la unidad y que poco la práctica, se dejara de hacer circular ésta falsa información”, apuntó.