La profundización de la crisis cambiaria logró que saltaron los fusibles del gobierno de Mauricio Macri y comenzara una ola de especulaciones sobre los pasos a seguir, posibles cambios de gabinete y una creciente preocupación interna en la alianza Cambiemos. El Presidente avala una modificación de la estructura de su gobierno y convocó a la mesa chica del PRO para definir ese toque de piezas.
El jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodrígue Larreta, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, se encontraron en la Quinta Presidencial de Olivos este sábado para delinear una reestructuración ministerial que colabore para enviar un mensaje al mercado, al empresariado local y a la oposicion política, que reclama cambios y apunta, sin titubear, a la Jefatura de Gabinete.
Vidal y Larreta insisten hace meses, al igual que el amigo presidencial Nicolás Caputo, en un achicamiento o fusión de ministerios y avanzar en un acuerdo con el peronismo. El mismo reclamo emana de la voz del ministro Rogelio Frigerio (Interior) y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, que no participaron del cónclave que reunió al ala histórica del macrismo. Tampoco hubo invitación para la Unión Cívica Radical (UCR) ni la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
Macri se cierra en su equipo histórico, además del consultor Jaime Durán Barba, para estudiar un cambio de piezas que oxigene el gabinete y logre bajar la espuma de la crisis cambiaria, que se catapultó en la semana tras el anuncio del adelanto de los fondos del FMI y se corporizó una subida récord del dólar, minutos después del anuncio realizado por el propio Presidente.