La “tormenta económica” –tal como se etiqueta la crisis desde el Gobierno- amenaza con complejizar el preocupante panorama en diversos puntos bonaerenses que son vulnerables al avance del agua. Y es que, ante la incesante escalada del dólar, se frenó el proyecto del gobierno de María Eugenia Vidal tendiente a la puesta en marcha de un sistema de alerta temprana de inundaciones, ya que las empresas que habían ganado la licitación para la implementación de este mecanismo se retiraron por la escalada de la divisa norteamericana.
De esta forma, y según detalló DIB la operatoria volvió a foja cero. Se trata de una iniciativa que la administración vidalista venía impulsando desde el año pasado y que estipulaba la colocación de sensores para medir la calidad del agua y el comportamiento del nivel de los ríos o afluentes de todas las cuencas de la provincia de Buenos Aires, como así también el ambicioso cometido de instalar estaciones meteorológicas en cada municipio bonaerense.
Inundación en la localidad de La Emilia (enero de 2017).
Previo a la sequía que azotó al interior bonaerense este año, las recurrentes inundaciones habían generado un fuerte impacto, dejando al descubierto el persistente déficit en materia de obras hidráulicas y de mecanismos de prevención.
Entre las firmas que se iban a encargar de la aplicación de este sistema estaba BGH S.A, la cual ya había realizado una tarea similar en la Ciudad de Buenos Aires.
La implementación de este mecanismo de alerta de inundaciones es uno de los requisitos interpuestos por los organismos internacionales que financian las grandes obras hidráulicas en la provincia.
En tanto, esta situación se destapa días después de la salida del ingeniero Pablo Romanazzi, al frente de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC). Romanazzi es especialista en materia hidrológica y la aplicación de este sistema en territorio provincial era uno de sus principales objetivos.