PACTO TRIACA-EMPRESA-CAVALIERI

Carrefour: salvataje Hood Robin y un polémico perdón impositivo

Se acordó en Trabajo: el Estado eximirá a la cadena del pago de aportes patronales, parte de la paritaria de Comercio como no remunerativa. Ofrecerán retiros al 150% y no despedirán.

Rami Baitieh es francés, pero se las arregla con el castellano. Antes de llegar a la Argentina como el hombre de la intervención parisina en la filial local de Carrefour, se preparó en idioma e idiosincrasia criolla. El training le fue útil. Hace unos días, en persona, empezó a recorrer bufetes de abogados laboralistas para desenmascarar lo que entendía un complot de la competencia contra el acuerdo que la cadena europea buscaba cerrar con el Gobierno argentino. “Miren, tienen que decirme ustedes si detrás de la idea de que este acuerdo es ilegal están Walmart y Coto”, les apuntó a los abogados con los que se reunió. Tenía en la cabeza un artículo que publicó un reconocido laboralista en un medio digital, teorizando sobre los nocivos alcances y antecedentes que generaría un acuerdo de este tipo. Le explicaron que no. Que, en realidad, lo que había era anuencia entre las tres partes involucradas, con beneficios políticos, económicos y de imagen para el Gobierno, la empresa y el sindicato de Empleados de Comercio.

 

El miércoles último, tras una audiencia en el Ministerio de Trabajo, se filtraron datos de un pacto a todas luces irregular. Cuentan a Letra P las fuentes que participaron de la reunión, que los funcionarios de la cartera que comanda Jorge Triaca se enfurecieron el jueves mientras desayunaban las noticias. Se había filtrado el dato más polémico: el Proceso Preventivo de Crisis que pidieron los galos por haber alcanzado tres años de balances en rojo incluía el favor a Carrefour para que computara como no remunerativo el aumento del 15% logrado en paritarias por el gremio de Comercio, encabezado por Armando Cavalieri. En paralelo, el Gobierno aceptaba que esta situación le permitiera a Carrefour evadir impuestos y cargas sociales por no incluir la suba en el salario formal. También las huestes del “Gitano” avalaban un convenio complejo de digerir para las bases. Esta concesión estaba acompañada del despido de mil trabajadores y la reformulación de locales y sucursales.

 

La mesa del acuerdo, que incluyó el compromiso de Carrefour de no despedir. 

 

 

El alerta del tema en los medios enfureció a dos que, por diferentes razones, la venían mirando de afuera. Por un lado, los grandes supermercados nucleados en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU). Es que, técnicamente, la cláusula violaba toda norma. La primera, que la paritaria es sectorial y no por empresas, ergo, el favor a Carrefour debía hacerse extensivo al resto de las compañías, muchas de las cuales atraviesan serios problemas económicos y de demanda por la caída del consumo. La más enojada fue la chilena Cencosud, que cosecha dos ejercicios negativos y está punto de pedir la toalla.

 

El otro actor que puso el grito en el cielo fue el Sindicato de Camioneros, que comanda Pablo Moyano. Días atrás, en su carácter de parte (tiene buena parte de los trabajadores de distribución y logística de Carrefour), envió una nota a Triaca solicitándole que lo sienten a la mesa de negociación del salvataje. Desde el Gobierno le habían asegurado que los centros de distribución no se iban a tocar. De todos modos, Camioneros insistió e hizo una presentación “espontánea” pidiendo que se lo cite, porque podía haber afectación indirecta, además del cierre de los establecimientos. Camioneros representa a más de 1.500 empleados de Carrefour.

 

 

La sucursal Warnes, una de las que tiene conflicto con empleados. Se rumoreaba el cierre. 

 

 

En este escenario de irregularidades, el Gobierno debió barajar y dar de nuevo. La audiencia del jueves fue a cuarto intermedio. Y el pacto final entre las partes se firmó hace unas horas. El encargado de comunicarlo formalmente fue Trabajo. El convenio final, según el Gobierno, tiene los siguientes tres puntos:

 

1- Carrefour se compromete a preservar los puestos de trabajo. Solamente se realizarán acuerdos voluntarios con aquellos trabajadores que así lo deseen.

 

2- Se prevé el acceso a cursos de capacitación del Ministerio de Trabajo para los trabajadores que accedan a los acuerdos voluntarios.

 

3- La empresa otorgará beneficios adicionales en los casos de personas embarazadas, personas de mayor antigüedad, matrimonios, etc.

 

¿Cómo es posible que una empresa como Carrefour, que llegó a la mesa de negociación con la idea de despedir a tres mil personas y cerrar locales, aceptará estos tres puntos? El convenio real tiene una cara oculta que es el esqueleto del salvataje. Si bien es cierto que Carrefour se compromete a no despedir, el Gobierno se comprometió con los franceses a tomarles una parte del aumento del 15% de salarios de la paritaria de Comercio como no remunerativa. “Es el gesto del Estado de perdonarles una parte de las contribuciones patronales”, explicaron fuentes de la cartera laboral a Letra P.

 

En paralelo, admitieron que la cadena de supermercados dará retiros voluntarios al 150%, pero no forzará a nadie a dejar la empresa. La rúbrica estuvo a cargo de Triaca, el secretario de Trabajo, Horacio Pitrau; Cavalieri y Leonardo Scarone, director de Asuntos Corporativos de Carrefour, y el francés Baitieh. Lo que parece una resolución prevé un conflicto político para el Gobierno, que se jugó una carta pesada en una disputa particular con una compañía cuando el resto mira de reojo recursos de salvataje. 

 

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