Este 24 de marzo vuelve a ser para los argentinos un 24 de marzo diferente. La reivindicación de los Derechos Humanos que se institucionalizó por la lucha del pueblo argentino allá por el 2003 con la asunción de Néstor Kirchner y esa histórica imagen de él ordenando bajar los cuadros de los genocidas, busca ser olvidada y desprestigiada por este gobierno que no quiere a la memoria viva y no cree que la verdad y la justicia sean estandartes para fortalecernos como país.
El gabinete de Mauricio Macri quiere opacar nuestra memoria colectiva que tanto costó reivindicar. Primero negó los 30 mil desaparecidos, luego quiso eliminar el feriado y que el 24 de marzo sea un día más; pero el pueblo unido dijo que no y por eso ya no volverá a ser uno más: es la fecha que reflexionamos, recordamos y revindicamos más que nunca a cada uno de los que sufrió y luchó en la dictadura cívico militar más sangrienta que tuvo nuestro país.
Hoy la Plaza, como cada 24, estará llena de argentinos que gritarán “Presente”, porque podrán hacer campañas mediáticas para invisibilizar esta fecha pero no pueden ni podrán pisotear la memoria. Esa memoria colectiva que entre todos los argentinos logramos reconstruir; la de las Madres y las Abuelas; la de los Hijos y Nietos; pero principalmente la de nuestros 30 mil compañeros y compañeras que entregaron su vida por una patria con Justicia Social, algo que este gobierno no quiere que exista.
Y es imposible no pensar esta fecha trascendental y analizar el contexto difícil que está atravesando el país. En sólo 15 meses este plan de gobierno siniestro produjo un aumento considerable de la pobreza y generó mayor desigualdad social. Como si todo esto fuera poco, Milagro Sala, una dirigente que le devolvió la dignidad y la sonrisa a un pueblo oprimido y dominado, continúa presa; y esa persecución que ella recibe nos rememora a nuestras peores épocas, a aquellas que no queremos volver.
Este gobierno está llevando a cabo un plan económico y social que excluye, como fue el plan estratégico llevado a cabo en 1976, en donde los gobernantes endeudaron el país y se pusieron de rodillas ante el capital financiero extranjero, pagando muchos años después con una crisis terminal para nuestra historia. Por eso en esta fecha emblema para nuestra Democracia, además de honrar la memoria de aquellos que lucharon y soñaron una argentina mejor, debemos reprender y frenar los avances neoliberales que está llevando a cabo este gobierno.
Por suerte la memoria de nuestro pueblo está avanzada y por más que se busque dispersarla, no podrán. Hoy, a 41 años de ese funesto momento para nuestro país, la plaza se llenará y será histórica y cada uno de los que esté allí exigirá un mejor futuro y eso se logra con Memoria, Verdad y Justicia.