Sin duda el más popular de este selecto grupo es el actual subsecretario nacional de Juventud, Pedro “Peter” Robledo. En marzo de 2013 fue agredido por su condición sexual durante una fiesta en San Isidro. El hecho rebotó durante días en los medios y reavivó la discusión sobre la intolerancia y el bullying.
Por ese entonces, Robledo se convirtió en la cara del PRO en temas de diversidad, derechos humanos y adolescencia. En paralelo, tuvo reuniones junto a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el entonces jefe de Gobierno y líder de su fuerza política, Mauricio Macri. Desde ese entonces, mantiene un diálogo directo con el presidente de la Nación, con quien chatea regularmente. Rápidamente, se convirtió en el militante estrella del macrismo
Un año después de ese hecho, Robledo, junto a Andrés Larroque (La Cámpora) y Leandro Santoro (por entonces en la UCR), lanzó la mesa de juventudes políticas.
“Peter” cobró mucha notoriedad dentro del PRO y creció exponencialmente cuando tuvo a cargo el programa “Chau Tabú”, el primer consultorio de educación sexual online de Latinoamérica. Primero se acercó a Guillermo Montenegro porque militaba en el distrito en el que vivía el actual embajador argentino en Uruguay.
No obstante, con el tiempo su figura fue en ascenso y comenzó a tener mayor vínculo con el resto del gabinete. Así se acercó a Marcos Peña, a María Eugenia Vidal y a la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
Actualmente, posee un estrecho vínculo con el jefe de Gabinete, que le permitió ser ungido titular de la Juventud PRO a nivel nacional. De todas formas, en el sector macrista juvenil, había mucho consenso en torno a que debía ser el elegido. Es el más joven del grupo de diez dirigentes PRO con mayor consideración dentro del espacio.
EL JEFE. Uno de los hombres fuertes del Gobierno nacional en el Poder Legislativo es Nicolás Massot, un bahiense de 31 años que cultiva un bajo perfil pero supo ganarse la confianza del bloque de diputados nacionales del PRO, el cual conduce desde diciembre de 2015.
Cuando fue nombrado hubo rispideces en el bloque por su poca experiencia parlamentaria, pero el apoyo del titular de la Cámara baja, Emilio Monzó, fue más fuerte. Tres meses después, tiene un rol protagónico y es parte de la mesa chica del Gobierno que se inmiscuye en las negociaciones con la oposición para la sanción de leyes claves para Macri.
se recibió de economista en la Universidad Torcuato Di Tella y es hijo del accionista del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca Alejandro Massot y sobrino del director de ese matutino, Vicente Massot. Por eso, debió hablar, en un par de entrevistas, del vínculo de su familia con la dictadura.
También es yerno del ex intendente de la capital cordobesa Germán Kamerath. Fue electo por la provincia de Córdoba pero nació en Bahía Blanca. La provincia mediterránea lo ubicó como un joven prometedor en el esquema del oficialismo: fue coordinador de la campaña presidencial en territorio serrano, donde Macri cosechó un número de votos clave para alcanzar y luego ganar el ballotage frente a Daniel Scioli.
JORGISTA. Otra figura que gana terreno en el Congreso nacional es la diputada Soledad Martínez. Atravesando su segundo mandato, la joven que, junto a César Torres, es del riñón de Jorge Macri, tuvo un lugar clave en la lista de legisladores que el PRO presentó en conjunto con el líder del Frete Renovador, Sergio Massa, durante el año 2013. Es una pieza clave del armado del primo del presidente para su consolidación en Vicente López y la provincia de Buenos Aires. Como prueba de esto, en 2011 fue jefa de campaña del ahora también presidente del BAPRO, quien obtuvo un triunfo histórico que le permitió destronar a Enrique “El Japonés” García, el barón radical kirchnerista de la zona norte.
Fue concejala en Tres de Febrero -la funcionaria más joven en llegar a ese cargo en la provincia de Buenos Aires. Con pasado en la Fundación Creer y Crecer, “Sole” es de las jóvenes más experimentadas en el partido de gobierno.
HIPPIE CHIC. La nueva generación de líderes PRO combina hombres y mujeres con gran cintura política pero que también cuentan con capacidad de demostrar y exhibir gestión, la obsesión de Peña. Un caso que encaja en ese modelo es del de Martín Yeza, el intendente más joven de la provincia de Buenos Aires. Ganó la ciudad de Pinamar y ordenó un municipio que estaba arrasado.
Yeza tomó el control de una comuna que en siete años tuvo cinco intendentes y varios de ellos destituidos por casos de corrupción. El derrotero de Pinamar comenzó en 2008, cuando el ex jefe comunal Roberto Porretti fue echado luego de la aparición de un video en el que se lo registró pidiendo una coima para habilitar el boliche Ku.
Al asumir, el ex coordinador de la Dirección de Políticas de Juventud del Gobierno porteño encontró un déficit operativo de 6 millones de pesos mensuales y un pésimo estado del mobiliario y los vehículos oficiales. Por su impronta y su trabajo, tuvo el rápido apoyo de los trabajadores municipales, que se convirtieron en sus principales aliados para trabajar en la normalización del municipio. Tuvo dos medidas que fueron celebradas en la propia Casa Rosada: redujo su salario al mínimo legal posible y mudó su oficina al hospital municipal. El joven es una de las espadas de la gobernadora Vidal en territorio bonaerense.
FRIGERISTA-VIDALISTA. El ministro de Interior, Rogelio Frigerio, también aporta un hombre clave del dream team joven del macrismo. Se trata de Lucas Delfino, actual subsecretario de Asuntos Municipales de la Nación.
Fue candidato a intendente de Hurlingham, donde dio una pelea fuerte e hizo una notable elección: dejó tercero al histórico cacique de ese distrito, Luis Acuña. En las PASO pulverizó al radicalismo y luego soportó las presiones de propios y extraños para bajar su lista, para beneficiar al massista. Finalmente, hundió al ex intendente y cosechó más de 30 mil votos.
Apenas ganó Vidal, quien lo apoyó fuertemente durante la campaña, se especuló con la posibilidad de la llegada de Delfino al gabinete de la provincia de Buenos Aires, pero Frigerio lo quiso cerca y le otorgó un rol clave en el Ministerio del Interior. El joven de 32 años tiene a su cargo el fortalecimiento del vínculo con los intendentes de todo el país, lugar desde el que, al cabo de los tres primeros meses de gestión, ha recibido varios guiños por parte de alcaldes de distinto signo político.
TODOTERRENO. En la Cámara de Diputados provincial, la gobernadora tiene un hombre clave que le cuida los votos y la permanencia del acuerdo con el Frente Renovador. Se trata de Manuel Mosca, vicepresidente de la Legislatura bonaerense, quien tuvo una destacada labor durante la discusión del endeudamiento provincial y fue fundamental en la negociación con los intendentes, que terminaron apoyando el pedido del Ejecutivo.
En concreto, se comporta como los ojos y la lapicera de Vidal en el recinto. Su trabajo en Diputados es ponderado por el Ejecutivo, donde destacan el rol del oficialismo por sobre lo que sucede en el Senado, conducido por Daniel Salvador.
Mosca tuvo un paso por el Ministerio de Gobierno porteño junto a Emilio Monzó. Es un todo terreno que tuvo a su cargo el armado territorial en la quinta, sexta y séptima secciones electorales durante la campaña de Vidal. Fue el único candidato a diputado que la gobernadora ubicó en la lista y tiene la plena confianza de la ex vice jefa de Gobierno de la Ciudad. A su vez, mantiene una estrecha relación con Horacio Rodríguez Larreta.
ENSAYISTA DEL CAMBIO. Otro ex candidato a intendente que creció en los últimos meses es Alex Campbell, quien compitió en San Fernando y es considerado uno de los referentes de la primera sección electoral bonaerense. Actualmente, es subsecretario de Asuntos Municipales de la provincia de Buenos Aires. Y es un hombre de extrema confianza del ministro de Gobierno bonaerense, Federico Salvai.
En 2008, comenzó a militar en el PRO. Primero fue asesor político en la Legislatura porteña. Mientras tanto, se encargó del armado territorial del partido en San Fernando, donde fue electo concejal en 2013. Y tuvo un paso por la Dirección General de Inspección del Uso del Espacio Público del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires.
Licenciado en Ciencias Políticas, Campbell escribió un libro titulado “El cambio comienza por una elección” –con prólogos de Macri y Vidal- en el que escribe sobre los valores PRO y aboga por la participación ciudadana, un emblema del macrismo.
MESA JUDICIAL. En la Capital Federal el joven que más creció en los últimos tiempos es Francisco Quintana. Egresado de Abogacía de la Universidad Católica Argentina en 2005, tuvo un breve pasado por la actividad privada y luego desembarcó en el Gobierno de la Ciudad como jefe de asesores de la Procuración General. Del riñón de Marcos Peña, al ingresar al partido se convirtió en un hombre clave dentro de la estructura de la Juventud PRO porteña, la cual presidió entre 2010 y 2011, año en que asumió en la Dirección General de Juventud y fue electo legislador porteño.
Conocido por su perfil técnico, Quintana también dio señales de conductor político. Asumió como diputado, presidió la Comisión de Justicia, en 2015 fue reelecto y encabezó la nómina para comenzar el 2016 como jefe de bloque del PRO en la Legislatura porteña. Peña y Rodríguez Larreta pidieron por él cuando se discutieron las listas, pero Macri ya lo tenía anotado desde hacía tiempo.
Hoy es un hombre clave del jefe de Gobierno en el edificio de Perú 160.
Tiene vinculación con la oposición y con todo el gabinete porteño. A su vez, goza de la confianza del presidente y tiene diálogo con funcionarios nacionales. Suele jugar al fútbol los martes a la noche en Olivos y formó parte de la “mesa judicial” junto a dos popes del entorno presidencial: José Torello y el polémico Fabián “Pepín” Rodríguez Simón. También integraba ese grupo de consejeros el actual ministro de Justicia, Germán Garavano. Como prueba de la confianza presidencial, Peña le recomendó a Macri como secretario privado a un joven que trabajaba con Quintana en la Legislatura: Darío Nieto.
Su trabajo legislativo y en la comisión directiva de Boca Juniors –donde ejerce como los ojos de Peña con la presidencia de la Asamblea de Socios- le quitaron tiempo para dar clases en la institución desde donde egresó con Diploma de Honor.
MÁS CHICOS VIDAL. Evert Van Tooren fue candidato en Esteban Echeverría y, con el apoyo de Torello, hizo una buena elección. Quedó en segundo lugar detrás de Fernando Gray, que obtuvo la reelección.
Es el director del Instituto de la Vivienda de la provincia de Buenos Aires, un área importante en el gobierno de Vidal teniendo en cuenta la crisis habitacional en la que se encuentra el distrito.
Cierra el grupo selecto el diputado porteño Maximiliano Sahonero. Con 31 años, el último presidente de la Juventud PRO porteña se comporta como los ojos de Vidal en la Ciudad, aunque tiene un buen vínculo con Larreta. En el bloque macrista le destacan su vocación política y su trabajo territorial en el sur de la Ciudad, algo que no es común en el partido que obtuvo la triple corona en las últimas elecciones.
Sahonero nació y creció en la Villa 20 de Lugano, donde es referente barrial. Allí también conoció a Vidal, que, bajo la tutela del Grupo Sophia, ingresaba al barrio como encuestadora. Maxi era el “guía” de “Mariu”. Tiempo después, Vidal asumió en Desarrollo Social y lo convocó para trabajar con ella.
Fue la gobernadora quien lo promocionó como presidente de la Juventud PRO porteña, lugar al que accedió con el respaldo de la agrupación “La 24”, que luego administró. Sahonero jamás se alejó del barrio y milita desde muy joven, pasión que heredó de su padre, Víctor. Y fue presidente de la Unidad de Proyectos Especiales Construcción Ciudadana y Cambio Cultural, que dependía de la Jefatura de Gabinete.