“Hay que poner absoluta restricción al juego”, lanzó la senadora nacional del PRO Gabriela Michetti abriendo un debate que el oficialismo porteño siempre buscó evitar. En la misma entrevista, que concedió el 5 de abril al diario Perfil, la ex vicejefa de Gobierno agregó que “destruye a la gente más humilde”.
Al mismo tiempo que sentó posición en torno al negocio del azar, Michetti puso sobre la mesa un reclamo constante de la Iglesia y reflotó la pasividad del Gobierno porteño ante el avance del juego en el distrito.
Rápidamente, Macri salió a defenderse. En diálogo con Radio Mitre, el jefe de Gobierno aseguró que puso “límites” a los negocios de juegos de azar “desde el primer día” en que se acomodó en el edificio de Bolívar 1.
“Han intentado ampliar los bingos y lo hemos rechazado, esos límites los vamos a poner en práctica cuando lleguemos a nivel nacional”, prometió Macri en tono de candidato, luego de culpar a Lotería Nacional.
Además, el jefe de Gobierno ordenó al Instituto de Juegos y Apuestas que denuncie penalmente al directorio de Lotería Nacional por el delito de desbaratamiento de los derechos autonómicos de la Ciudad.
Según el ente porteño, Lotería Nacional redactó un pliego de licitación para los cincos bingos porteños “en forma unilateral e inconsulta” e “inició un nuevo proceso de selección de operadores pese a la oposición de la Ciudad”.
La denuncia presentada el viernes 10 de abril habla encriptadamente de Cristóbal López y su intención de adueñarse de todos los bingos (Congreso, Belgrano, Lavalle, Caballito y Flores) que operan en el distrito que Macri administra y del que el magnate del juego sacó provecho durante los últimos años.
Por esa razón, las declaraciones del ex presidente de Boca tienen contradicciones y están a la vista. Es verdad que el Gobierno de la Ciudad poco puede hacer con el control del juego cuando en frente tiene a un ente como Lotería Nacional, dirigida por Roberto López, que favorece abiertamente por Cristóbal López y que, como denunció el macrismo, incluso abre procesos de licitaciones sin consultar al Instituto del Juego porteño.
Lo que dista de ser real es la vocación “desde el primer día” que, según el propio Macri, exhibió el PRO por frenar el avance de ese negocio que mueve millones en toda la República Argentina, pero que en la Ciudad de Buenos Aires tiene su récord de rentabilidad, por lo menos para Cristóbal López.
El 9 de diciembre de 2013, en una escandalosa y maratónica sesión, el bloque oficialista de la Legislatura porteña, el PRO, incluyó en el temario un proyecto de ley redactado por el Poder Ejecutivo que condonaba la deuda en ingresos brutos a cambio de un incremento en el canon que paga Lotería Nacional.
El beneficio fue exclusivo para las máquinas tragamonedas que López tiene en el Hipódromo de Palermo y en los casinos flotantes de Puerto Madero. Como era de esperarse, el Frente para la Victoria convalidó la iniciativa que, sorprendentemente, se votó a libro cerrado.
Amén de mostrar que está en desacuerdo con el avance del juego justo en el año en que pelea por la presidencia, Macri activó la citada denuncia e instó a al Instituto de Juegos y Apuestas que reparta munición gruesa contra su par nacional.
“El Instituto de Juegos y Apuestas porteño exigió a Lotería Nacional que anulara lo actuado porque ni el pliego ni el proceso de selección habían sido aprobados por el organismo. Lotería Nacional se negó a anular la licitación, desconoció el derecho de la Ciudad sobre la actividad y manifestó que no era necesaria ninguna aprobación, pese a que previamente la había solicitado en forma reiterada”, se explica en el comunicado que hizo circular el Gobierno porteño.
Michetti no habló del juego por obra de la casualidad o porque ya estaba en boga durante la campaña electoral. Se trata de un tema que preocupa al jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta.
Como explicó este medio, el precandidato a jefe de Gobierno favorito de Macri se reunió en privado con Cristóbal López en un escondido bar de Miami. El zar del juego le aseguró presencia exclusiva a Larreta en el canal C5N y en todos los medios del Grupo Indalo y prometió nula aparición de su rival en la interna.
Sin embargo, el periodista y conductor Gustavo Sylvestre desafió esa instrucción e invitó a la senadora a su programa televisivo. Lo curioso es que, según comentaron desde el michettismo, mientras la ex vicejefa de Gobierno charlaba con los periodistas presentes en el piso de C5N, la pantalla que estaba a su espalda repetía sin cesar imágenes de Rodríguez Larreta con Mauricio Macri.
Un detalle que no pasó inadvertido para Michetti y que dejó en claro el acercamiento de Larreta al hombre del negocio de los juegos de azar.
Por otro lado, la ex vicejefa le hace un guiño al discurso de la Iglesia en contra de la proliferación de los juegos de azar en la Argentina. La senadora nacional, de cercana relación con el Papa Francisco, tomó nota a rajatabla de sus postulados en rechazo de la industria y el negocio del juego que, según la visión católica, “castiga” al sector más humilde de la población.
“No quiero que de ninguna manera se sigan importando maquinitas tragamonedas, porque eso destruye a la gente más humilde”, explicó Michetti a Perfil.
Tan nombrado y destacado por buena parte de la dirigencia política nacional y porteña, el ex arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, siempre se opuso al avance del juego en el país. De hecho, se lo nombra como pieza fundamental para frustrar un acuerdo entre el kirchnerismo y Cristóbal López, al que también se opuso tajantemente Michetti.
Sin importar los límites que planea ponerle Macri por ahora, Cristóbal López mantiene su objetivo: quedarse con los cinco bingos instalados en el distrito que el ex presidente de Boca gobierna desde 2007.