A la espera de una definición de la ley electoral local, ya anunciaron su intención de pelear por la sucesión de Mauricio Macri, Gabriela Cerruti (legisladora del sabbatellista Nuevo Encuentro), Gustavo Marangoni (Sciolismo, presidente del Banco Provincia), Gustavo López (subsecretario General de la Presidencia), Víctor Santa María (titular del PJ local aliado al sciolismo) y María José Lubertino (titular del Observatorio de Derechos de las Personas con Discapacidad).
Por el ultrakirchnerismo son mencionados el titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, y el diputado Juan Cabandié, ambos de La Cámpora. Pero aún no hay nada definido, debido al rechazo que los porteños tienen por la agrupación K.
El secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni, es otro de los dirigentes K medidos en encuestas del oficialismo, pero las posibilidad que acepte competir en la Ciudad todavía son remotas. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, podría estar ligado a alguna candidatura, que no se descarta pueda ser a legislador.
Aunque el ex canciller y actual legislador porteño Jorge Taiana lanzó su candidatura presidencial con afiches en toda la ciudad, no se descarta en las usinas K como un “tapado” que por su perfil de centroizquierda y moderado, pueda reemplazar a Filmus. La idea madre es retener el caudal de votos en la pelea por la jefatura de Gobierno y en el marco de una alianza entre el Movimiento Evita, el kirchnerismo y el sciolismo.
Aníbal Ibarra es otro de los que anunció que quiere dar la pelea, aunque podría tratarse de una especulación para posicionarse en una negociación para el armado de listas de legisladores nacionales del kirchnerismo, ya que el ex jefe de gobierno porteño no puede volver a ser reelecto en la Legislatura.
Cronograma con escenario incierto
El kirchnerismo reconoce que “el escenario hoy es incierto” y que depende -para definir una estrategia- de la decisión que tome el macrismo de unificar las elecciones. En el kirchnerismo temen “una fragmentación política mayor” de mantenerse el actual desdoblamiento electoral.
De mantenerse el actual esquema, el calendario electoral comenzaría en marzo y terminaría en octubre entre las PASO locales y las nacionales; las elecciones generales a Presidente, a diputados nacionales y las de jefe de Gobierno, legisladores y comuneros.
Con un techo de 500 mil votantes en las últimas elecciones presidenciales, el FpV debate también la estrategia para las PASO, tanto para cargos locales como nacionales. Admiten que el desdoblamiento electoral les jugaría en contra porque habría una proliferación de listas y fragmentación, mientras que la unificación obligaría a cerrar acuerdos entre los distintos sectores tanto para legisladores nacionales como locales y comuneros, manteniéndose la competencia solo en las PASO a nivel presidencial.