Los gobernadores de las provincias hidrocarburíferas tendrán hoy un encuentro clave con el Ejecutivo nacional para definir cómo será la futura ley que regulará la exploración y explotación de los combustibles no convencionales, un debate que el Gobierno ha cerrado a un grupo de funcionarios y a una decena de provincias, aunque sus implicancias serán definitorias para todo el país.
Básicamente, la Nación y este grupo de provincias disputan quién se quedará con qué porción de la renta petrolera: si YPF o las provincias, ya sea en forma directa o a través de empresas provinciales que son meras intermediarias.
Aunque todas las provincias coinciden con la Nación en la necesidad de generar instrumentos legales que den un marco regulatorio que conceda ventajas para los futuros inversores a fin de provocar un boom del shale oil y shale gas en la Argentina, hay muchos puntos que las provincias cuestionan del proyecto del kirchnerismo nacional.
El principal es que el texto limita al máximo el rol de las empresas provinciales de energía para que estas no compitan con YPF en la búsqueda de inversiones internacionales ni cobren a los privados por su intermediación –acarreo– haciendo valer el hecho de que los estados subnacionales son los dueños de los recursos naturales (según la Constitución y la ley “Corta” de Hidrocarburos).
Las provincias ya cobran por eso regalías. El acarreo es como cobrar dos veces esa propiedad.
El proyecto de Galuccio no sólo impide el acarreo en la etapa exploratoria, sino que obliga a las provincias a relicitar las áreas que las empresas de energía locales tengan reservadas, y a que dichas firmas estatales provinciales rediscutan su participación en cada emprendimiento con los socios privados de acuerdo con el dinero realmente invertido, restringiendo así al máximo la posibilidad de cobrar intermediación.
Pero también hay cuestionamientos por la baja al 3 por ciento del Impuesto a los Ingresos Brutos, la imposibilidad de cobrar Impuesto a los Sellos a los contratos petroleras y porque se establece que la única renta que ingresará a las provincias es a través de las regalías, con un techo del 12 por ciento ( lo que siempre cobraron).
Todos estos factores harían caer la recaudación de cada provincia a cambio de la promesa de la llegada de nuevas inversiones y un aumento de la producción que, al final, también alimentaría las arcas provinciales.
Por la negativa del ministro de Economía, Axel Kicillof, que trabaja en tándem con Galuccio, la Nación no puso en la negociación el precio de los hidrocarburos, desacoplado de los precios internacionales. Cada barril de crudo se liquida a unos 70 dólares, pero se vende a unos 102 dólares cuando es exportado, y la Nación se queda con la diferencia en concepto de retenciones y de subsidio a las naftas.
Por eso hay gobernadores dispuestos a dar una fuerte puja con la Nación en la reunión de hoy y llevarán sus propios anteproyectos de ley. De las cuatro provincias más importantes, Neuquén tiene mayor peso específico porque posee las reservas de gas y petróleo no convencionales en Vaca Muerta.