Si bien la cumbre organizada por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo no tuvo el volumen político que esperaban sus mentores, antes del plenario Moyano, Barrionuevo, Fernández y Maturano consensuaron un documento con duros reclamos al Gobierno y mensajes a los candidatos presidenciales. El texto fue rubricado con el sello de la CGT y fue encabezado por la frase “Este país lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”, de Juan Domingo Perón.
Las alusiones a Cristina y a las políticas laborales y sociales del Gobierno nacional despertaron el enojo del sector del kirchnerismo que encabeza Carlos Zannini, quien no ocultó su enojo con Caló por “no contener a sus aliados” y habría extendido sus conocidas sospechas conspirativas hacia Florencio Randazzo.
Maturano y Fernández fueron los únicos gremialistas de la CGT oficialista que estuvieron en Mar del Plata. Pegaron el faltazo Antonio Caló (metalúrgicos), Omar Viviani (taxistas), Armando Cavallieri (Comercio), José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN), Smata y Luz y Fuerza, entre otros.
Pero en el mitin opositor, el líder de UTA sostuvo que “hace falta previsibilidad y confianza en la economía. No estamos en contra del Gobierno, pero manifestamos que esta inflación nos está comiendo a todos”, sentenció.
Fernández también hizo mención a su relación con la CGT de Caló: “Yo no me separé de la CGT de Caló, pero no comparto este silencio y me preocupa porque hay 5 centrales y deberíamos juntarnos todos porque el Gobierno no escucha ni a una ni a la otra. Necesitamos un movimiento obrero unido que defienda los derechos de los trabajadores. Sólo con la unidad vamos a conseguir respeto en todos los sentidos”.
Si bien el enojo de Zannini está centrado en Caló, se rumoreaba en la Rosada que, acostumbrado a deducir conspiraciones, habría centrado sospechas en Randazzo, atándolo a la participación de Maturano en el cónclave marplatense.
Aunque esas sospechas no hacen roncha en el ministro de Interior y Transporte: hace pocos meses, Randazzo fue muy duro con Maturano, a raíz de un paro sorpresivo que dejó sin trenes a miles de pasajeros de las líneas San Martín y Belgrano.
Desde Nueva York, el funcionario señaló que habló con la presidenta Cristina Kirchner quien le ordenó que en caso de persistir el conflicto regresara al país. “Me tiene harto Maturano, conmigo no va a joder“, dijo Randazzo. Y agregó en una entrevista realizada en radio La Red. “A mí no me van a torcer el brazo”.
A partir de ese cruce, la relación entre Randazzo y Maturano fue distante.