La encuesta publicada sobre el cierre de campaña elaborada por el instituto Ipsos, encargado de los sondeos en este tipo de eventos, indica que el candidato socialista para ocupar el Palacio de Eliseo durante los próximos cinco años tendría un apoyo del 52,5 por ciento del electorado, frente al 46,5 del actual presidente.
Sin embargo, sumado a otros institutos de opinión, la diferencia entre ambos se redujo, ya que en todas Sarkozy acortó distancias entre uno y dos puntos.
En la medianoche del viernes iniciará la veda política y en una de sus últimas apariciones, Hollande aseguró que el respaldo dado a su candidatura por el ex postulante François Bayrou no era fruto de “ningún acuerdo” con el dirigente centrista que obtuvo poco más del 9 por ciento de los votos en la primera vuelta del 22 de abril y sostuvo que “Nicolás Sarkozy me subestimó”.
Por su parte, Sarkozy se quejó de las encuestas que lo dan como perdedor y afirmó que “el pueblo de Francia no se ha sentido nunca como en estas últimas semanas insultado (…), manipulado”. “Se le faltaba al respeto” y “se le quiere imponer una decisión” a través de lo que llamó “el pensamiento único” vehiculado por “un sistema político-mediático” que a su juicio ya se equivocó en sus pronósticos de la primera vuelta, cuando le daban mucho más distanciado de su rival.
Además, se calificó como “víctima”, denunció “una forma de intolerancia” e invocó repetidamente a “la mayoría silenciosa”, porque para él a elección será “muy reñida” y “se va a jugar en el filo de la navaja”..
En el ballotage francés están convocadas a votar 46 millones de personas, para elegir al presidente para los próximos cinco años. De ganar Hollande, sería la primera vez en 17 años que gobierna un socialista desde el final del mandato de François Mitterrand.