Charlas de café

Cuando uno no sabe dónde va, cualquier camino le sirve

Tras el llamativo discurso del intendente platense Pablo Bruera en la apertura del ciclo legislativo en la ciudad de las diagonales, muchos se ven desorientados por no terminar de comprender en dónde está parado el jefe comunal.

O mejor dicho, con quién está parado. Porque al día siguiente de haber reclamado enérgicamente por una mayor coparticipación del gobierno provincial -estrategia poco frecuente en un intendente del mismo partido del mandatario provincial-, Bruera envió a sus mujeres a participar del homenaje encabezado por la esposa del mismísimo Daniel Scioli, en el Teatro Argentino.

 

“¿Dónde van tan empilchadas?”, les preguntaron varios, quienes se vieron sorprendidos en el playón de la Municipalidad al ver a las coquetas señoras y señoritas que se preparaban para presenciar el homenaje de Karina Rabolini a las mujeres bonaerenses. Ellas respondieron, tímidas pero orgullosas, que “Pablo nos pidió que vayamos arregladas, que dejemos una buena imagen”.

 

A esto se suma el discurso plagado de elogios del intendente hacia el ex motonauta y el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, en un acto en Casa de Gobierno de hace tan sólo dos días.

 

Quienes perciben de cerca sus movimientos, notan que Bruera un día es kirchnerista, otro día es el más sciolista, y en otras ocasiones es crítico. Incluso, los sciolistas comentan en los pasillos que “a Pablo le vendría bien una brújula, para saber dónde está y sobre todo, hacia dónde va, para que pueda encaminarse y, en definitiva, seguir un rumbo coherente y fijo”.

 

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