La presencia de la jefa de Estado en la ciudad dejó algunas certezas: el intendente es el referente del kirchnerismo en Mar del Plata. Fue él quien recibió a Cristina y sus funcionarios y hombres de confianza lograron ubicarse en la primera línea del acto. La otra certeza es que la militancia ultra K, los jóvenes de La Cámpora, no digieren ese liderazgo y lo manifestaron con una silbatina que se reflejó en la cara de “pocos amigos” del jefe comunal. No obstante, Cristina intentó que los jóvenes no reprueben al intendente y pidió con un gesto que dejen de silbarlo.
Llamativamente, los silbidos no se replicaron cuando el gobernador Daniel Scioli, que ocupó un lugar en la mesa principal, fue presentado. Se sabe que el mandatario provincial no atraviesa su mejor momento de relación con La Rosada y no es un dirigente del “paladar” ultra K. Más allá de la indiferencia, entre los presentes no estuvo el diputado marplatense Rodolfo “Manino” Iriart, hombre de Scioli en la ciudad. Tampoco su par de La Cámpora, Fernanda Raverta.
A las 11 de la mañana las banderas de La Cámpora ya flameaban en la puerta del Hotel Provincial. El vallado que se armó para permitir la llegada de artistas, funcionarios y gobernadores de todas las provincias comenzó a vestirse con la gente que se acercó a ver la llegada de Cristina Kirchner. También se vieron banderas de la Güemes, la Dorrego, la JP Buenos Aires, Unidos y Organizados, entre otras, pero los jóvenes de la agrupación fundada por Máximo Kirchner eran los más numerosos.
De fondo, lo que más lucía era una bandera enorme con el dibujo que ilustra la tapa de la película deNéstor Kirchner.
Los primeros en llegar fueron artistas como Boy Olmi, Darío Grandinetti y Pablo Echarri. Luego fue el turno de Sergio Urribarri, gobernador de Entre Ríos, que inició el desfile de la clase política. Entre él y la llegada del resto de los gobernadores, se colaron los funcionarios marplatenses, como Santiago Boniffati (Emvial), Lucila Branderiz, la esposa de Pulti que ocupa un rol clave en la Secretaría Privada, y Diego Monti (presidente del bloque de concejales de AM), junto a la mayoría de los concejales. También estuvo el secretario de Gobierno Marcelo Artime.
Un poco más tarde y más alejados de los lugares principales se sentaron los concejales kirchneristas Fernando Maraude y Pablo Retamoza.
El primero en mezclarse con la gente fue el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou. El marplatense se bajó del vehículo y decidió pasar al otro lado de la valla para saludar a los militantes que le festejaban todo lo que hacía. A su lado, casi desapercibido, el tandilense Diego Bossio miraba estupefacto. Minutos después lo imitó el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina.
Por Mariano Suarez para 0223.c0m.ar