El titular del PRO la llamó por el tema alimentos y escuchó una respuesta inesperada. Preparativos para un ataque al jefe de Estado y advertencia a Bullrich.
Mauricio Macri y Javier Milei; una relación virtualmente rota.
Mauricio Macri entiende que su relación con el presidente Javier Milei está rota. El exmandatario guardará las formas y cumplirá su promesa de apoyar la ley ómnibus XS y el paquete fiscal, pero empezará a tomar más distancia de la Casa Rosada camino a un 2025, cuando descuenta que La Libertad Avanza (LLA) desafiará al PRO hasta poner a prueba su supervivencia.
Una muestra de ello se vio este martes en la sesión de la Cámara de Diputados con la aprobación del aumento a las jubilaciones y de la nueva movilidad. Si bien el bloque del PRO no acompañó a sus pares de la UCR y Unión por la Patria (UP), aun cuando el macrismo había sido el primero en presentar una iniciativa para que los haberes tuvieran una recomposición del 8% en la bancada amarilla hubo varias ausencias que preocupan al oficialismo.
Macri no se molesta en disimular su enfrentamiento con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, principal auspiciante de la fusión del PRO con LLA. Sin demasiadas terminales en el gabinete, el expresidente quiso reunirse con la titular de Capital Humano, Sandra Pettovello, para conocer los detalles de “la embestida del kirchnerismo” por el acopio de cinco mil toneladas de alimentos.
No mencionó el escándalo por los contratos truchos, que también puso bajo la lupa de la Justicia a Capital Humano. La funcionaria le respondió a Macri que si quería conocer la situación debía ir a verla a su despacho. El fundador del PRO lo tomó como un desaire. No fue.
Según confiaron a Letra P fuentes de su entorno, Macri contó la anécdota a integrantes de su mesa chica. Fue la gota que rebalsó el vaso. Dicen que al ingeniero se le terminó la paciencia y anotó todos los -a su entender- menosprecios por parte del mileísmo desde diciembre. El listado incluye la negativa presidencial de nombrar a Cristian Ritondo como titular de la Cámara de Diputados; la inclusión en el gobierno de Toto Caputo y Federico Sturzenegger, dos exfuncionarios suyos con los que tiene mala relación; el objetivo de “fagocitar” al PRO; y el intento por embarrar la cancha en el recambio de autoridades partidarias en la provincia de Buenos Aires.
A su lista Macri sumó la negativa de Milei a aceptar recomendaciones suyas para “agilizar la gestión”, lo que -a entender del círculo macrista- le valieron al expresidente ser apuntado en la Casa Rosada como el culpable detrás de los fallidos intentos de remover al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y a la canciller Diana Mondino. “El problema es que a Mauricio nunca le hicieron caso”, consideró un dirigente del PRO al tanto de las peleas palaciegas.
La campaña de diferenciación que lanzará Macri ya tiene su puntapié: prepara un acto para los próximos días bajo la excusa formal de oficializar su regreso a la conducción del PRO. Espera juntar a su primo Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad, a los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut), a la tropa legislativa y a intendentes e intendentas. La foto, además de un mensaje a la Casa Rosada, será otro llamado de atención a Bullrich.
Quienes frecuentan a Macri revelan que llegó a sus oídos una frase que se repite cada vez con mayor frecuencia en la Casa Rosada en la que el expresidente es tratado como un “empleado” de Nicolás “Nicky” Caputo, su “hermano” de la vida.
Independientemente del contexto, el expresidente promete no obturar el armado del manual de buenas prácticas trazado con LLA para no complicar la relación de los gobernadores de su espacio con Balcarce 50.
“Es normal que ellos (por el oficialismo) busquen ganar poder en todos lados. No hay que preocuparse”, intentan quitar dramatismo cerca del expresidente. Dentro del PRO, la mayoría respeta -y acata- la decisión de Macri de colaborar con LLA hasta que se aprueben los proyectos ley ómnibus XS y paquete fiscal. Los tres gobernadores del partido, más los dos aliados, coinciden con el exmandatario, pero, por temas de gestión, mantienen una relación cordial con el Gobierno.
El caso testigo es el del alcalde porteño. Aun cuando Bullrich se prepara para disputarle el poder en las elecciones de medio término, el primo Jorge considera “intacta” su relación con la administración Milei; “incluso, más allá de que está pendiente la cautelar que dictó la Corte Suprema por la coparticipación federal”, agregó una fuente del Ejecutivo tirando sal en otra herida abierta en la piel del ex presidente Macri.