El gobernador de Entre Ríos Rogelio Frigerio durante el lanzamiento del Operativo Verano Seguro en la provincia.
De traje y atento a la prensa, como en campaña, así comenzó su gestión el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio. Con una fuerte impronta asociada a comunicar los diagnósticos que van formulando las diferentes áreas de gobierno, el mandatario le dedicó buena parte de sus primeros días al contacto con la prensa y los jefes comunales. Una orden para todos y todas: vacaciones cero, al menos por ahora.
A un mes de asumir, la vorágine de la realidad consumió el impulso arrollador que parecía que iba a tener la primera gestión de Juntos por el Cambio en la provincia. Con un freno de mano impuesto por la delicada situación financiera y económica que denunció, Frigerio se aprestó los primeros días de trabajo a “ordenar la provincia”.
El exministro del Interior ofrece conferencias de prensa semanales, cada lunes, en las que anuncia los puntos centrales del trabajo de su equipo y los “hallazgos” que su gestión va encontrando en los diferentes estamentos gubernamentales. El contacto con la prensa lo encabeza siempre el mandatario, solo. “Es nuestro mejor vocero. Nunca necesitó de ningún ministro para que aclare nada”, lo definieron en su entorno ante la consulta de Letra P. Si algún tema amerita más explicación, en su equipo aclaran que se sumará al funcionario pertinente a la conferencia en la que se habilitarán las preguntas con tema libre.
Frigerio mostró vertiginosidad en su estilo de trabajo el primer mes de gobierno y bajó la orden clara que dio de baja las vacaciones para todo el funcionariado provincial. “Primero tenemos que ordenar todo, después veremos”, comentaron a este medio sobre la decisión del mandatario. “Acá trabajamos todos de 7 a 23 y 24/7, al menos por ahora”, justificaron. Quienes lo acompañan bancan su decisión porque entienden que esperaron “20 años” para este momento.
En sus primeros movimientos en el territorio, el gobernador decidió recorrer algunos puntos de la provincia y organizar reuniones con jefes comunales con miras a instalar “la federalización de la gestión”. En esos encuentros, escucha demandas y hace anuncios, como el aumento de 50% de la cuota del impuesto inmobiliario rural destinada al mantenimiento de “los caminos de la producción”, un viejo tema recurrente en su campaña, que lanzó la semana pasada.
Frigerio eligió como kilómetro cero de su gestión dejar sentada “la pesada herencia” recibida después de los ocho años de gobierno de Gustavo Bordet. Puso a disposición de los medios un informe de una calificadora de riesgos que evaluó negativamente a la provincia y advirtió acerca de deudas millonarias no contabilizadas. Así sentó las bases para las demandas futuras de proveedores y las que llegarán de los gremios estatales.
Una clara decisión política fue darle vía libre a su ministro de Seguridad y Justicia. Néstor Roncaglia es uno de los más activos del nuevo gobierno y se mueve por toda la provincia aprovechando cada exposición pública para marcar el rumbo de la nueva política del área. Durante la campaña, fue uno de los protagonistas junto al propio Frigerio y en su primer mes anunció operativos en barrios de distintas ciudades. Dice sin rodeos que su objetivo es cuidar “a los vecinos de bien. Los otros tienen que ir a la cárcel”.
El vínculo personal de Frigerio con el presidente Javier Milei es una directriz que organiza su estilo de gobierno. Decidido a no confrontar con el Presidente, el gobernador toma posicionamientos públicos e indica a su tropa que haga lo mismo, pero sin chocar directamente con el libertario. La relación entre ambos se remonta a los tiempos de Frigerio como funcionario de Mauricio Macri y a la profesión de economista que comparten.
Milei ha tenido algunos gestos en el trato personal con el entrerriano, que se pudo ver en más de una oportunidad. La última fue durante la reunión del Presidente con gobernadores. “Roger” le dijo y lo saludó con un abrazo, palmada incluida.