Dos horas necesitó el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, para escribir los apuntes del discurso que daría después para confirmar que había perdido la elección presidencial de este domingo, un resultado que no estaba en ninguno de sus pronósticos. Escoltado por Santiago Caputo y Fernando Cerimedo, el economista definió las líneas directrices de la campaña que iniciará este lunes para afrontar el ballotage: unificar la oposición, atacar de frente al kirchnerismo y, más importante aún, defenderse de las acusaciones de su rival, Sergio Massa, quien, reconocen en LLA, realizó una efectiva campaña del miedo contra el libertario.
"Es impresionante lo que hemos logrado: de no tener partido a hacer este milagro histórico, de disputarle el poder al kirchnerismo en sólo dos años. Es un logro histórico", inició Milei su discurso, leído, frente a la dirigencia libertaria que lo esperaba en el hotel Libertador y desde temprano sabía que no sería la noche soñada.
La derrota de Milei, como explicó Letra P, sucedió porque perdió por 17 puntos en la provincia de Buenos Aires y en las demás no pudo sumar casi nada respecto a su performance de las primarias. Hasta cedió algunos votos, estiman, frente al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, quien creció más de lo previsto en territorio bonaerense y desde este lunes intentarán sumarlo a las fuerzas del cielo.
En LLA explican el triunfo de Massa en que el ministro de Economía logró sumar una parte del votante de Juntos por el Cambio -sobre todo el que optó en las primarias por Horacio Rodríguez Larreta- y consiguió asustar a todo el electorado con las hipotéticas consecuencias de un gobierno de Milei. El posible aumento de las tarifas o el cierre de las universidades son algunas de las advertencias que realizó el tigrense y lograron sensibilizar a un sector de la población.
El libertario usó su primer discurso postderrota para la réplica a la campaña del miedo. "Nosotros no vamos a quitar derechos. Vamos a quitar privilegios, pero no derechos", necesitó aclarar Milei, rodeado de sus principales aliados, como su hermana Karina Karina Milei, su compañera de fórmula, Victoria Villarruel y el candidato a jefe de Gobierno, Ramiro Marra. Los últimos dos habían ingresado al hotel pasadas las 19 cuando los primeros cómputos daban cuenta de una elección mucho peor a lo esperada: en sus peores pronósticos, en LLA se asignaban 35 puntos y una victoria con lo justo, pero nunca una derrota.
Los pases de factura
En las primeras charlas con sus asesores, Milei también aceptó que necesita unificar un discurso entre sus referentes, que en las últimas semanas restaron votos con propuestas fuera de contexto, como la de suspender relaciones con el Vaticano, que planteó el economista Alberto Benegas Lynch (h), apodado "el prócer del liberalismo" por Milei, en el discurso de cierre de campaña en el Movistar Arena. Había dirigentes de LLA que contaban haber estado en misas dedicadas a cuestionar a Milei. También impidieron sumar indecisos las ideas alocadas de la diputada Lilia Lemoine, como su polémico proyecto para que los hombres puedan renunciar a la paternidad.
"Javier va a tener que definir qué quiere comunicar y con quiénes", se escuchó de los dirigentes de LLA durante toda la tarde. En su discurso lo tuvo claro, ayudado por los apuntes que siempre lo acompañan y que Massa ya advirtió que no se los permitirá tener en el debate del ballotage.
Con una autocrítica inhabitual en él, Milei prometió olvidar sus ataques a JxC e invitó a sus referentes a una alianza opositora que lo ayude a ganar la segunda vuelta. Felicitó a Jorge Macri, "que va a afrontar una segunda vuelta con el kirchnerismo en la Ciudad, igual que nosotros"; y también le envió un saludo a Rogelio Frigerio, por su triunfo en Entre Ríos, una de las pocas provincias en las que LLA salió tercera.
"Dos tercios de Argentina eligió alguna alternativa a un gobierno de delincuentes que quiere hipotecar el futuro. Durante estos meses, la campaña hizo que muchos de los que queremos un cambio nos viéramos enfrentados. Estoy dispuesto a dar tabula rasa, barajar y dar de nuevo, para terminar con el kirchnerismo", propuso Milei, con el slogan de su excontrincante Patricia Bullrich.
El antikirchnerismo dominó el mensaje del diputado, pero con precauciones que hasta hace una semana no tomaba, como la de definirlo como el peor gobierno del retorno democrático. Excluyó de la línea histórica a la última dictadura militar, que en sus monólogos suele identificar como un gobierno más. Tal vez sea otro tema a revisar.
Milei también intentó trazar la grieta con la política internacional y acusó a Unión por la Patria de apoyar a Hamas, la organización de Palestina que hace 15 días atacó a Israel. Olvidó que durante el debate presidencial, Massa anunció que, si es presidente, declararía a Hamas terrorista.
Pero la mayor necesidad del economista es atraer a JxC y lo dejó claro. Ofreció "trabajar juntos" -algo raro en él- para "terminar con la corrupción y con los privilegios de la casta política", una definición en la que siempre englobó también a esa parte de la oposición a la que ahora necesita para ganar.El economista los convocó a una polarización entre "kirchnerismo y libertad" con promesas emotivas como impedir que los chicos se vayan del país, con la que para esta campaña intentó atraer sin éxito a los adultos mayores.
Después de su discurso en hotel, que duro nueve minutos, Milei habló en el escenario que había armado en la calle con la expectativa de una victoria que no llegó. "Tenemos que abrazar a todos aquellos que quieran terminar con la esclavitud colectivista del kirchnerismo", le gritó a la militancia. La necesita sumando aliados. Ya no les sirve que sólo peleen.
