El candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, envió a su equipo a reconocer que perdió la elección presidencial con el postulante del oficialismo, Sergio Massa, y ambos deberán medirse en un ballotage el 19 de noviembre. "Estamos en segunda vuelta y competitivos", sostuvo Guillermo Francos, asesor de Milei, quien esperará el festejo de su rival para bajar del piso 21 del Hotel Liberador para dar su discurso.
Escoltado por el estratega digital Fernando Cerimedo, Francos admitió la derrota con el 80% de las mesas escrutadas y seis puntos diferencia del candidato de Unión por la Patria. "No queríamos que dijeran que no íbamos a reconocer el resultado. No somos así", explicaban la decisión en LLA.
El búnker de LLA, montado en el primer piso del hotel, en un desfile de dirigentes cercanos a Milei preguntándose como fue posible una derrota contra el ministro de Economía, que no estaba en ninguno de sus planes. En el peor de los casos, esperaban una victoria por pocos puntos y quedar bien posicionados para un ballotage.
"Pegó fuerte el 'plan platita' y la campaña del miedo. La última semana, Massa les hizo creer a los votantes que íbamos a subir el precio de los boletos y cerrar las escuelas. Y nadie respondió", era uno de los reproches de uno de los referentes que tenía licencia para subir a la habitación de Milei.
Otro pase de facturas era por las declaraciones de los dirigentes del espacio que alejaron algunos sectores, como la Iglesia, donde hubo una militancia activa contra la Libertad Avanza. "Hay que revisar esto de que cualquiera diga cualquier cosa, porque somos liberales. Se tiene que acomodar", repetían, en recuerdo de la propuesta de Alberto Benegas Lynch (h) de romper las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Las declaraciones alocadas de la candidata a diputada, Lilia Lemoine, también pesaron, porque, entienden en LLA, complotan para sumar a los indecisos que definen la historia a último momento. La cosplay apareció en el bunker pasadas las 19 horas pero pronto fue convocada por los asesores de Milei para evitar que siguiera dando entrevistas.
Francos había anticipado a las 18.30 que se esperaba una elección pareja, pero en ese momento especulaban con un triunfo con lo justo. Confiaban en un primer puesto por las victorias en Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Se conformaban con hacer pie en la provincia de Buenos Aires, donde finalmente Milei sufrió una caída estrepitosa con su candidata Carolina Piparo, que explicó su derrota en la general.
"Nosotros no perdimos votos, salvo en Buenos Aires. Pero una parte de Juntos por el Cambio se fue con Massa y eso no lo podíamos permitir", fue otro reproche. Calculaban, además, que los siete puntos del candidato a gobernador, Juan Schiaretti, se explican por una fuga de votantes libertarios que le perdieron confianza a Milei pero desprecian a Massa. "Ahora tenemos que ir a buscarlo", anticipaban.
Como anticipó Letra P, en LLA sabían que, teniendo en cuenta que las mesas bonaerenses representan el 40% de las nacionales, si Massa se imponía en ellas por mucha diferencia podía ganar a nivel nacional. Con los primeros cómputos Milei confirmó que el tigrense había superado los 40 puntos la provincia más grande y por lo tanto no tenía como escalar al primer puesto.
El único consuelo para los libertarios es que ganaban ocho bancas en el Senado y cerca de 40 en diputados, tal como vaticinaba el resultado de las primarias. Ninguno de los dos frentes electorales tendrá mayoría propia y deberán negociar entre sí o llamar a sus colegas de LLA.
Pasadas las 22 horas, el economista ultimaba los detalles de su discurso para empezar a buscar los votos para un ballotage, donde confía en agrupar al voto antikirchnerista. Necesita encontrar las palabras justas para empezar esa búsqueda.
