Radio El Mundo y el fantasma de Radio América

La licencia de la histórica AM fue devuelta al Estado, que la concursará en los próximos meses. En 2016 se dio el mismo proceso con la 1190 del Grupo Veintitrés, que todavía espera volver al aire.

Tras más de un año de conflicto, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) decidió en una resolución publicada el 3 de mayo quitarle la licencia de radio El Mundo a Difusora Baires para designar un interventor y abrir un concurso público para readjudicar la frecuencia en los próximos meses. ¿Cómo se llegó a esta situación? El caso de El Mundo es una muestra de cómo el descontrol y la falta de intervención de las autoridades estatales en el cumplimiento de las regulaciones en materia de radiodifusión producen precarización laboral, desguace de emisoras y menos voces robustas en el sistema de medios argentino.

 

LA HISTORIA SIN FIN.  En 2001, los empresarios Gustavo Yankelevich y Víctor González se asociaron a The Walt Disney Company (a través de su titular local, Diego Lerner) para gestionar la empresa, Difusora Baires, comprada a Amalia Lacroze de Fortabat. Como todas las grandes radios porteñas de AM, la licencia de Radio El Mundo AM 1070 se encontraba acompañada de una frecuencia de FM, la 94.3 conocida como Horizonte en los noventa. La verdadera intención de Disney se encontraba en la gestión de la frecuencia modulada que, en pocos meses, se transformó en la primera versión latinoamericana de la radio del ratón más conocido del mundo. Su director, desde entonces, es el reconocido productor radiofónico Marcelo Morano, hoy a cargo de toda la cadena de emisoras en América Latina.

 

Desde entonces, The Walt Disney Company ostenta más del 90% de las acciones de Difusora Baires. Lo que resultó en un éxito rotundo para Radio Disney en la FM 94.3 (que se confirmó en los últimos años donde alcanzó el tercer y segundo puesto entre las más escuchadas de Buenos Aires) y marcó el ocaso de Radio El Mundo AM 1070. Claro que sus años de oro habían comenzado a opacarse durante los noventa, cuando la familia cementera se hizo cargo de su gestión. O incluso antes.

 

 

 

De forma inmediata, Disney y sus socios locales demostraron el poco interés en gestionar la AM que fue traspasada en los hechos (aunque no en los papeles) a Carlos Fiorini (gerente de la radio a partir del cambio de manos en 2001) en 2005. El pedido de separación de las licencias de Radio El Mundo y Radio Disney se realizó en 2006 para transferir la primera a FioFio Producciones (por entonces de Fiorini). El Comfer, la AFSCA y el Enacom tardaron 12 años en denegar esta transferencia. Por supuesto, a 2018 los dueños de FioFio ya habían cambiado. Y varias veces.

 

Luego de Fiorini, Radio El Mundo siguió operada por FioFio Producciones aunque en 2009 esta sociedad fue comprada por las firmas Devicom y Filmsuez. Hugo Martino (Devicom) y Carlos Suez (Film Suez) se hicieron cargo entonces de la emisora donde colocaron en un rol central a Guillermo “Willy” Kohan. Pero en 2014 la radio volvió a pasar de manos.

 

RELACIONES PELIGROSAS. Empresarios ligados a Julio De Vido y el empresario farmacéutico Juan José Levy, oriundo de Arteaga (Santa Fe), se hicieron de la radio. A través de Grupo Gens los Vignatti hicieron grandes negocios con Venezuela durante el kirchnerismo. Además de Radio El Mundo, participaron del lanzamiento de Radio Sí y el portal Rosario Plus de la ciudad homónima. Al llegar a El Mundo, los Vignatti designaron como directores a Leandro Martínez y Silvana Stochetti. El primero está ligado a José María Olazagasti, secretario privado del ex ministro de Planificación, y su hermano por ser su abogado en distintas causas. Stochetti fue abogada de distintas empresas donde intervenía el Ministerio de Planificación y además fue socia de Alfredo Lijo, operador judicial, en la empresa Finaig Consultores.

 

Tras las elecciones de 2015, la estructura detrás de Radio El Mundo comenzó a derrumbarse. En 2016 se designó como director titular a Julián Mansilla (hoy en Turner) y a Patricio Mc Namara como director suplente. Sin embargo, la situación tocó piso a comienzos de 2018, cuando Mansilla comunicó a los trabajadores de la radio que no abonaría más los sueldos. Sin embargo, el calvario recién comenzaba.

 

 

 

Martín Rodríguez Flores se acercó a la radio y ofreció comprarla como ya lo había intentado hacer sin éxito a principios de 2016 con el diario Tiempo Argentino y Radio América. A diferencia de los medios del vaciado Grupo Veintitrés, Rodríguez Flores sí pudo comprar la radio. No solo eso, se instaló y utilizó el edificio de la radio como vivienda personal. El historial de este personaje al frente de medios de comunicación linkea con el vaciamiento de Radio Chaco y de LV2 de Córdoba. A través de su “empresa” ArteArgentina prometió el relanzamiento de la radio y la contratación de estrellas. Sólo consiguió revender espacios de la programación, despedir trabajadores, pagar sueldos con cheques sin fondos y episodios donde utilizó la violencia para impedir el ingreso al edificio de distintos trabajadores y periodistas.

 

Todo esto sucedió bajo la (des)atenta mirada de los organismos reguladores. Empresarios que compran y venden emisoras cuando eso está impedido por ley. Ingreso de vaciadores que incumplen principios de explotación de la frecuencia. Trabajadores precarizados y despedidos (más de 60). Empresa licenciataria, Disney, que no se hace cargo de la situación aunque sí explotó monetariamente la frecuencia. El conflicto llegó a su fin con un rápido acuerdo entre Difusora Baires (Disney) y Enacom. A cambio de pagar las indemnizaciones y sueldos adeudados a todos los trabajadores de Radio El Mundo, el ente le otorgó la escisión de la licencia (transformar la licencia única de El Mundo-Disney en dos licencias separadas) y declaró la caducidad de la AM para designar un interventor y llamar a un concurso público.

 

 

 

EL FANTASMA DE RADIO AMÉRICA. ¿Cuál es el temor de los trabajadores? Que la evolución del proceso encabezado por el Enacom corra por los mismos carriles del conflicto de Radio América. Allí también intervino un vaciador, se amagó con la venta a un empresario fantasma (Mariano Martínez Rojas), el Estado declaró la caducidad de la licencia, la intervino, la concursó y la adjudicó en 2017 a Editorial Perfil. Todo este (largo) proceso tenía entre sus objetivos sostener y proteger las fuentes laborales de la radio, otorgando un puntaje mayor al oferente que más puestos de continuidad garantizara. A casi dos años de la adjudicación de Radio América a Editorial Perfil la frecuencia sigue en silencio y los trabajadores de la ex emisora del Grupo Veintitrés desconocen su futuro.

 

Los trabajadores de Radio El Mundo y la radiofonía en general necesitan que este proceso no se repita. Y que el Estado intervenga para solucionar los problemas no sólo de la ex Radio América sino también de Radio Del Plata (pago del 50% de los sueldos y en cuotas) y Rivadavia (en quiebra), entre otros.

 

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