“Ahí está (Gustavo) Lopetegui, mirá”, comenta un asesor suyo como al pasar. Luis Miguel Etchevehere se desespera por frenar el ascensor del Centro Cultural Kirchner en el que viaja junto a un grupo de personas. “Lo tengo que saludar, pará”. El ascensorista para un piso más abajo y el jefe de la Sociedad Rural sale disparado al encuentro de una de las manos derechas de Marcos Peña en la Jefatura de Gabinete. Los que lo frecuentan lo ven raro, extraño. Incluso la semana pasada tuvo un cruce fuerte con los popes de la Asociación de Supermercados Argentinos (ASU), a quienes tildó de “ladrones” consultado por la agencia oficial Télam acerca de la remarcación de precios de las grandes cadenas. Una fuente de esta última disputa expresó que el agroempresario, que hace tiempo busca un lugar en el Ejecutivo, anda con pies de plomo ante la posibilidad de que surjan detalles complejos de dos monitoreos que está haciendo el Gobierno a través del Ministerio de Agricultura pero, sobre todo, de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Ambos tienen que ver con el sector cárnico, una mirada a toda la cadena, desde el campo a la góndola.
Desde que en febrero de este año el presidente Mauricio Macri le tomó juramento al frente de la CNDC, Esteban Greco desarrolla un plan ambicioso de control de once sectores económicos en busca de falta de competencia, cartelización y otros problemas que afecten directamente a los consumidores. El organismo venía dormida desde antes de los años del kirchnerismo en el poder. Y había tenido muy pocos resultados y contadas pesquisas. La más relevante, la investigación sobre cartelización en la producción y venta de cemento, que terminó con sanciones para las empresas del rubro.
Hace unas semanas, se revisó el negocio de las tarjetas de crédito y se analizó multar con más de $150 millones a la empresa Visa por conductas anti competitivas. El segundo escalón de revisiones es el mercado de la carne, que, en paralelo, es mirado en otros aspectos por la Subsecretaria de Ganadería, que conduce Rodrigo Troncoso. “Estamos analizando dónde están los errores, coordinando con el Senasa, el Ministerio de Trabajo y la AFIP acciones conjuntas, para ver si se aflojaron mucho los controles a nivel impositivo y laboral”, detallaron fuentes de esa cartera.
Lo cierto es que, desde lo formal, lo que hace la CNDC no interfiere en la fijación de precio final. Ergo, si es que se encontraran inconsistencias de mercado, habría multas pero no terminaría definiéndose el culpable de los precios elevados en muchos productos.
Una parte del campo se ríe con ganas de este tipo de movidas y confía ciegamente en que el Gobierno no avance sobre un sector que precisa para recuperar la marcha de una economía alicaída. Los sabuesos que por años investigaron al agro conocen la pelea dura que supone meterse en los campos, no sólo por la informalidad con mercaderías sino en las condiciones de empleo. Allí hay otro alfil que cubre posibles inconvenientes: “El Momo” Gerónimo Venegas, el sindicalista titular de la UATRE (peones), de los dirigentes sindicales más cercanos al presidente de la Nación. De este punto, incluso, se tomaron los supermercados para contestarle a Etchevehere las acusaciones de latrocinio.
Luego de revisar el mercado de carnes, la CNDC seguirá con el estudio de los mercados del acero, el aluminio, la petroquímica, los celulares, el aceite, los lácteos, el transporte de pasajeros, el transporte aéreo y los detergentes, donde las firmas Procter and Gamble y Unilever juegan a un monopolio por lo menos observable.
@leandrorenou