El celular suena y Antonio Sola, que ya había acordado esta entrevista con anterioridad, prefiere ser respetuoso de ese compromiso y atender el llamado a pesar de la maraña de ruidos y voces que trascienden de los continuos anuncios de despegues y arribos del Aeropuerto de Bogotá. La situación no le es ajena: el estratega español está acostumbrado a que cualquier terminal aérea pueda constituirse, de un minuto para otro, en un auténtico centro de operaciones desde el cual puede acceder a un reportaje telefónico, concertar un encuentro de trabajo o, por qué no, trazar la estrategia de una campaña.
Si el tema a abordar se relaciona con la política argentina, Sola guarda todavía menos reparos: conoce al dedillo las alternativas del escenario nacional. Luego de participar activamente del último proceso electoral como estratega de la campaña de Sergio Massa, el español retorna permanentemente al país para promover la próxima Cumbre Mundial de Comunicación Política, que se llevará adelante en junio próximo en Buenos Aires. En este contexto, continúa conectado con la actualidad de nuestro país.
Desde ese lugar, analiza los primeros meses de Mauricio Macri en la Casa Rosada: “Está claro que Cambiemos llega a gobernar en un escenario de absoluta complejidad legado por el gobierno saliente. Con una presidenta absolutamente desaforada, empecinada en cuidar a los suyos, a sus organizaciones, y desatendiendo una economía totalmente descontrolada”.
“El problema –advierte el español- es que este gobierno aún no tomó nota que la comunicación de campaña y la de gobierno son cosas completamente diferentes. Desde el día que eres elegido tu investidura cambia, tu entorno cambia, y también se modifica la relación de otros terceros con respecto a ti: sindicatos, empresarios y dirigentes. Aquí, como en el 90 por ciento de los casos, se ha incurrido en errores de salida que están muy asociados con la inercia que traes de la campaña”.
Más allá de estos conceptos, el español considera que los próximos meses pueden traer buenas noticias para el Gobierno: “La comunicación que han empleado para ganar fue absolutamente destacable, pero también es cierto que partía de una lógica muy cómoda asociada al cambio: en gestión se deben mostrar resultados. Pero Macri, que aún está casi en viaje de novios, puede revertir esto, ya que tiene todo dado para alcanzar, con algunos socios puntuales, una gobernabilidad sólida para los próximos años. Las elecciones de 2017 serán un desafío clave, donde participarán muchos candidatos que también serán protagonistas en 2019”.
LAS HERENCIAS Y EL PERONISMO. En referencia a las supuestas recomendaciones del estratega ecuatoriano Jaime Duran Barba al Presidente, orientadas a suprimir cualquier tipo de mención al legado kirchnerista, Sola expresa un enfático contrapunto y destaca la necesidad hablar de las herencias recibidas: “Todo cura quiere ser papa y Macri, que no es la excepción, va a querer reelegirse dentro de cuatro años. Por eso es fundamental contarle al público desde ahora el estado en el cual se recibieron las cosas. De lo contrario, se corre un grave riesgo”.
En Europa y en Latinoamérica -ejemplifica-, existen casos emblemáticos de administraciones que han caído por no explicar el lastre de sus antecesores. El PAN en México, que no supo contar los desastres de más de setenta años del PRI o Rajoy en España, que nunca comunicó adecuadamente las grandes falencias legadas por Zapatero, son casos paradigmáticos”.
Por eso, el estratega asegura que “las herencias de los gobiernos existen para ponerlas en la mesa, para contarlas, para aclarar a ojos de la luz pública qué es lo que pasó y qué es lo que hay. Por supuesto que esto debe ser moderado con obra y acción de gobierno, dejar de lado gradualmente las acusaciones y comenzar a tomar decisiones en favor de la gente, sobre todo de los estratos medios y bajos para conservar el segmento de voto peronista que resultó vital para que Macri obtuviera la victoria”.
Finalmente, el español considera “un asunto no menor” el regreso de Cristina Fernández de Kirchner a la escena política argentina a través del acto llevado a cabo días atrás en la sede Comodoro Py, pero asegura: “Por muy trascendente que sea como hecho político, el gobierno actual debe tener su propia agenda y no permanecer al pendiente de las actividades de una ex presidenta que, por otro lado, no hace más que acudir a un llamado de la Justicia”.
“Los peronistas -sintetiza- son maestros a la hora de complicar la gobernabilidad de dirigentes no afines. De esto hay muestras sobradas a lo largo de la historia argentina. Por lo tanto, alcanzar y darle volumen a acuerdos con el peronismo disidente, con dirigentes como Massa o Juan Manuel Urtubey, debe ser una de las apuestas del Presidente, profundizando los alcances de un gobierno plural, un poco más compartido”.