Las portadas de los diarios económicos están dominadas este miércoles por las malas noticias: la confirmación –a través de la difusión del índice San Luis- de que la inflación de enero superó el 4% y la presión sobre el dólar que no cede y obliga a la gestión no intervencionista de Federico Sturzenegger en el Banco Central a tomar medidas que irritan el paladar PRO, como vender reservas para al menos contener la trepada de la divisa –que sigue devaluando el peso y echa leña al fuego del proceso inflacionario-, una nueva suba de las tasas de interés y una emisión que supuso una expansión monetaria de más de cinco mil millones de pesos.
“BCRA vendió fuerte pero el dólar trepó a $15,65”. Con ese título abre su tapa Ámbito Financiero, y reseña: “Los vendedores de dólares no aparecen y, por ende, sube. La tendencia se mantendría hasta abril salvo que el BCRA juegue más fuerte. Ayer vendió u$s119 millones y el dólar subió otro 2%. Los plazos fijos no seducen a los ahorristas. No hay señales de ordenamiento fiscal ni del fin del BCRA como prestamista del Tesoro nacional imprimiendo moneda”.
En tanto, un título secundario de la noticia principal dice que “Ahora Sturzenegger sube la tasa: 31,3% a un mes” y otro tema destacado es el índice del costo de vida. “Confirmó alta inflación dato de San Luis: 4,2%”. En ese sentido, el diario señala que “la variación internanual se elevó al 35,1%” y advierte que “el dato confirma la aceleración inflacionaria e inquieta porque aún no contempla el ajuste tarifario ni la reciente trepada del dólar. Todo eso se tradujo en un aumento de las expectativas inflacionaria (según la Di Tella) que se elevaron este mes al 33,6% anual (aumentaron 5 puntos). El ministro Prat Gay apuesta a una inflación entre el 20 y el 35% para este año. Difícil desafío en pos de las paritarias”.
Por su parte, El Cronista –el periódico especializado más cercano a la línea económica del presidente Mauricio Macri- alerta que “El BCRA tuvo que vender casi u$s 120 millones pero el dólar minorista igual llegó a $ 15,65”, y agrega en la bajada de su título principal: “Aunque elevó la tasa de las Lebac, por primer vez debió emitir $ 5.163 millones”.
El diario de color salmón indica también que “expectativas de inflación a un año trepan a 33%”, y una columna de análisis da cuenta de que el Gobierno está tomando medidas antipáticas para el pensamiento libremercadista pero que resultan inevitables para contener la devaluación. “Aunque no es lo ideal, el Central debía intervenir”, admite el consultor Andrés Azicri.
Finalmente, Bae –el diario que más acompaño la gestión económica de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner- encabeza su tapa con este título: “Sigue la presión sobre el dólar y el Central volvió a subir la tasa de interés”.
En ese sentido, informa que “la fuerte escalada que registró el dólar en los últimos días encendió la alarma en el Banco Central, que ayer realizó su segunda intervención y volvió a elevar las tasas de sus letras internas con mayor ímpetu que la última vez pero no alcanzó a retener Lebac y la expansión monetaria fue de $ 5.163 millones”.
Además, la tapa de Bae incluye estos otros dos títulos enlazados que marcan la tensión de estas horas: “La inflación de San Luis fue de 4,2% y 35% anual” y “Creen que habrá un nuevo traslado a precios de la mayor devaluación”, que supera ya largamente el 50% desde la liberación del cepo, en los primeros días de la gestión PRO, cuando la divisa cotizaba $9,65.
En una foto ampliada de las tapas de los diarios económicos se ve el contexto político en el que se desarrolla este proceso: el tironeo con los gremios en el inicio de las más calientes negociaciones paritarias de la última década (“Gremios dicen que los salarios no influyen en los costos”, informa Bae) y por la ola de cesanteados en el Estado (“Primer paro de estatales hoy por despidos”, anuncia Ámbito).
Para este miércoles, por caso, el Gobierno convocó nuevamente a los docentes para intentar fijar una pauta nacional que guíe las conversaciones provinciales, después del bloopper de las idas y vueltas con la propuesta oficial para el sector, que había alcanzado una suba del 40% del sueldo inicial pero el propio presidente Macri salió a derrumbarla hasta el 25%, lo que provocó la estampida gremial.