El secretario de Trabajo, Ezequiel Sabor, admitió este lunes que “no todos los despedidos son empleados ñoquis”, sino que “también hay un desvío de un Estado (nacional) sobredimensionado”.
De esta manera, el funcionario, segundo del ministro Jorge Triaca, reconoció que la purga que viene aplicando el gobierno del presidente Mauricio Macri no responde a la intención de depurar la planta de empleados públicos cesanteando a quienes no cumplen funciones comprobables, sino que tiene que ver, en rigor, con el objetivo de achicar una planta que considera “sobredimensionada”.
“No podemos tener un Estado enorme que genere déficit”, señaló Sabor, y reveló, así, que la ola de despidos que ya afectó a casi ocho mil agentes de numerosos organismos del Gobierno excede los casos de supuestos “noquis”, que fue, desde el principio, el argumento con el que el Gobierno intentó justificar el ajuste.
“Hay un estado sobredimensionado, con irregularidades en las contrataciones; no podemos tener un estado enorme que nos traiga déficit”, abundó el funcionario en declaraciones a Radio Belgrano, y completó: “Es un acomodamiento de la situación, para que haya la cantidad justa de trabajadores. Si hay una pérdida de empleo en el sector público, veremos la posibilidad de reinsertarlo en el sector privado”.