Aprobaron la ley de la nueva Policía y comienza la discusión por el jefe de la fuerza

Larreta tiene hasta el 1 de enero para nombrarlo. La iniciativa permite que sea un civil, que podría ser un efectivo retirado.

La Legislatura porteña aprobó este jueves con 55 votos positivos, 3 negativos y una abstención la ley que crea la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, la nueva fuerza de seguridad de la Capital Federal que será integrada por efectivos de la Policía Federal traspasada y de la Metropolitana, mediante el convenio de traspaso firmado por el presidente Mauricio Macri y el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, en enero de este año.

 

Una vez sancionada la iniciativa comienza el proceso de reglamentación que emprenderá el Poder Ejecutivo en tándem con el Ministerio de Justicia y Seguridad, que conduce el angelicista y ex legislador PRO Martín Ocampo. En el marco de la organización reglamentaria, se deberá definir al jefe de la fuerza, que direccionará el trabajo de los 19 mil uniformados federales traspasados y los 6900 metropolitanos.

 

La ley deja abierta la posibilidad de que el jefe de la Policía de la Ciudad sea un civil, aunque esto incluye a un oficial retirado, opción que prefieren los uniformados, en especial que los que debieron dejar atrás la órbita federal. El nuevo conductor será designado por decreto de Rodríguez Larreta y, según la redacción de la ley aprobada este jueves, no deberá atravesar proceso de impugnaciones y observaciones, situación que sí vivirá quien lo suceda en el cargo.

 

El alcalde tiene hasta el 1 de enero para nombrar al jefe, que reportará a Ocampo, según se indica en la normativa. En la semana previa a la presentación de la ley se barajó el nombre del actual Secretario de Seguridad, Marcelo D'Alessandro, aunque los comisarios federales reclaman por el nombramiento de un par.

 

Además, el Gobierno porteño deberá decidir cómo instrumentará los adicionales, otro foco de conflicto con los federales. Seis mil de los 18 mil traspasados realizaban servicios adicionales y pelearon por mantenerlos una vez mudados a la órbita porteña. Tras meses de negociación, la Ciudad equilibró la balanza: todos los miembros de la nueva policía podrán hacer adicionales.

 

Por otra parte, se estableció que la primera línea de efectivos que participen de manifestaciones públicas no podrán portar armas ni munición letal. Prohibición que no corre para sus compañeros que formen parte del operativo pero no se encuentre en la "zona de contención". Aquellos uniformados ubicados en esa línea podrán utilizar tonfas, por ejemplo. Y todos deberán portar identificación de nombre y apellido aunque no de rango ni cargo, tal cual sugirió la oposición.

 

Además, por pedido de la oposición se creará la Defensoría del Policía en el ámbito de la cartera de Justicia y Seguridad, que funcionará a imagen y semejanza de la Defensoría del Pueblo porteña. También se incorporó un Mapa del Delito, requerido por el socialista Roy Cortina.

 

En tanto, sobre la discusión del "estado policial" de los efectivos de la nueva Policía de la Ciudad se determinó que los uniformados no estarán obligados a actuar ante un caso delictual por fuera de su horario laboral. A su vez, no podrán ser sancionados por omisión. En tanto, si decidiese intervenir lo haría como funcionario público y por motus propio. Por último, es optativa la portación de arma fuera de la jornada laboral y en caso de no actuar ante una situación de este tipo en la vía pública está obligado a denunciar el hecho y brindar las especificaciones policiales.

 

El expediente, redactado en el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad, se sancionó tras más de un mes y medio de discusión parlamentaria y contó con el apoyo, en general, de la mayoría de la oposición porteña, a excepción de los tres monobloques de izquierda: Partido Obrero, Partido de los Trabajadores Socialistas y Autodeterminación y Libertad.

 

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